Los líderes europeos quieren dar con su viaje a Ucrania «un mensaje de unidad europea a los ucranianos», afirmó el presidente francés en unas breves palabras tras llegar a la capital del país.
Macron; el canciller alemán, Olaf Scholz, y el primer ministro italiano, Mario Draghi, han llegado este jueves a Kiev, en la primera visita de los tres mandatarios europeos desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero. La esperada visita de los líderes de las principales economías de la Unión Europea coincide con un momento crucial en el desarrollo de la guerra: el debate comunitario sobre si conceder a Ucrania el estatus de país candidato a la adhesión a la UE y con los primeros signos de fatiga occidental ante el estancamiento de la guerra de desgaste contra Rusia en el frente este del país.
En unas breves palabras tras llegar a la capital del país, el presidente francés ha afirmado que los tres líderes quieren enviar con su viaje a Ucrania «un mensaje de unidad europea a los ucranianos». Este viaje sirve «de apoyo para hablar a la vez del presente y del futuro, porque sabemos que las próximas semanas serán muy difíciles», indicó Macron.
Los tres dirigentes llegaron a una estación de Kiev plagada de militares ucranianos. Inicialmente, se dirigieron a su hotel para descansar, antes de mantener un almuerzo de trabajo con Zelenski, seguido de una conferencia de prensa y un paseo por zonas de Kiev dañadas por la guerra. También han visitado Irpín, población aledaña a la capital y especialmente dañada por los bombardeos rusos. A la visita se unirá el presidente rumano, Klaus Iohannis, que viaja de forma separada desde Bucarest, indicó el Elíseo. Hasta el momento, las protegidas calles de Kiev han recibido una corte de mandatarios occidentales, desde Boris Johnson al propio Pedro Sánchez, pero tanto Macron como Scholz se habían resistido a una visita que fuera solo «relaciones públicas», sino con propuestas u ofertas «específicas» para poner sobre la mesa, en palabras del propio canciller alemán. Se desconoce cuáles serán esas propuestas en este viaje, que puede leerse tanto como un espaldarazo político al Gobierno de Kiev como el intento de los tres líderes europeos de encontrar una solución negociada —y europea— al conflicto.
En Ucrania, la visita se recibe con esperanza de que ofrezca un esperado refuerzo político (y quizás el anuncio de envío de nuevas armas para un frente donde Ucrania pierde casi 200 vidas al día) y alguna reticencia. En su acelerada carrera por avanzar en el proceso de entrada en la Unión Europea, Francia y Alemania son dos escollos clave.
Este viernes se espera que la Comisión Europea, cuya presidenta, Ursula von der Leyen, visitó Kiev hace apenas unos días, de su opinión positiva sobre conceder el estatus de país candidato a Ucrania, pero serán los líderes de la Unión los que tengan la decisión final, previsiblemente en la cita del Consejo Europeo de la semana próxima. Y, aunque, en declaraciones este miércoles en Rumanía, Macron ha asegurado que es el momento de dar «señales políticas claras» a Kiev, también ha sido París el que ha puesto sobre la mesa la opción de ofrecer a Ucrania otro arreglo político, una «Comunidad Política Europea» como una opción intermedia a la membresía en la UE. La propuesta no es vista con buenos ojos en Kiev. «No vamos a aceptar nada que no sea el estatus de candidato a la Unión Europea», advertía Nataliya Forsyuk, directora general de la Oficina Gubernamental para la Integración Europea y Euroatlántica de Ucrania, en entrevista con El Confidencial.
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