En sus vientres nació la flor de la maternidad, sus ovarios se llenaron de la estirpe guerrera y sus manos se comparten entre la delicadeza de ser mujer y la rudeza de codearse en oficios comúnmente ocupados por los hombres. Ellas se abren un espacio con respeto y admiración en trabajos que hasta demandan fuerza varonil, pero conservan la feminidad y un corazón lleno de amor para el afecto, protección y guía de sus hijos.
Por La Prensa Lara
El mayor tributo a este tipo de madre todoterreno es el reconocimiento de su esfuerzo, guáramo para enfrentar condiciones comprometedoras y superar críticas con etiquetas de usurpadoras de oficios. El compromiso diario las lleva a imprimir fuerzas para llevar el sustento a su familia y ser responsables en esas tareas que las han hecho inmune al cansancio, siempre guardando un cálido abrazo para sus hijos, dejando su entrega al trabajo como la mejor referencia para que sean hombres de bien.
Van más allá de sólo tener un hijo, implica un proceso de aprendizaje y aceptación que finalmente se condensa en un amor profundo e indescriptible, pues como dice Andreína Valdez, «sólo otra madre puede entenderlo, porque hay que vivirlo para saber» lo que implica ser mamá y como dicen las abuelas, «nadie nace aprendido», pero se da lo mejor de sí.
Determinación
María Márquez, mecánica de un taller en La Concordia de Táchira, dice que «ser madre es dar todo por tu hijo, es sobrepasar los límites del cuerpo, estar cansado y continuar; es una responsabilidad que nunca se deja a un lado, nunca se renuncia, al contrario, se lucha con valor y esfuerzo», sin importar nada más y sin esperar nada a cambio. Comenta que aunque en el hogar también se necesitan los padres, una madre es capaz de dar hasta lo imposible por su hijo, porque «desde el momento en que el niño comienza a llorar, te das cuenta que no hay nada que no puedas hacer por ellos».
Con sus tres hijos ha tenido muchos momentos «difíciles, pero nada es imposible». Comenta que desde los 23 años tuvo que aprender a resolver para sacar adelante a sus hijos, aunque contaba con el apoyo de su esposo, enviudó y tuvo que continuar sola.
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