«Cuanto antes aproveche la oportunidad -de renunciar al poder y acogerse a una amnistía- más probable será que pueda tener un retiro agradable y tranquilo en una playa bonita, en lugar de estar en otra zona playera como la de Guantánamo», fue la declaración del asesor de Seguridad Nacional del presidente de EE.UU., John Bolton, que inspiró a Fernando Pinilla a dibujar la caricatura que hoy cuelga en una pared en la Casa Blanca.
El reconocido caricaturista venezolano, residenciado en San Antonio de los Altos, recuerda que estaba revisando Twitter cuando se topó con la referida advertencia de Bolton, “me pareció jocoso el hecho de que Maduro terminara en Guantánamo, sería paradójico, tanto que ellos han vivido de la revolución cubana, para que pudiera terminar en Guantánamo”.
“Me pareció cómico y pensé en la famosa canción cubana guantanamera e imaginé a Bolton cantándola, siempre busco que le gente también ría un poco”, agrega Pinilla sobre cómo nació la controversial viñeta.
Explica que se enteró que Bolton la había pedido a Diarios Las Américas –periódico en el que fue publicada- porque lo contacta la jefa de diagramación y le pide la caricatura a mayor resolución para mandarla a enmarcar porque el referido funcionario norteamericano la había solicitado.
“Me sorprendió saber que el jefe de seguridad de los EEUU se interesara en uno de mis trabajos en un diario de habla hispana que había visto en redes sociales, luego me escribió el director del periódico para ratificármelo; entiendo que sacaron dos copias, se quedaron con una para el periódico”, agrega.
«Guantanamero ¡Maduro Guantanamero!», canta Bolton, mientras agita unas maracas decoradas con la bandera de su país y sueña con la imagen del mandatario venezolano vestido con un traje naranja, sacudiendo los barrotes de esa prisión estadounidense en Cuba”, así describe la prensa internacional la imagen.
-Con esa caricatura me pasó algo bien cómico, cuando la hice las maracas que sostiene Bolton son la bandera de Estado Unidos, utilizando los colores característicos azul, blanco, rojo, el periódico creyó que me había equivocado y que había colocado la bandera de Cuba al revés -rojo grande con la estrella blanca y franjas azules y blancas-, les dije que no que era la de EEUU, sin embargo les incomodaba y al verla impresa vi que habían invertido los colores.
Aunque se siente satisfecho con la imagen, cree que a nivel meramente técnico le faltó hacerle sombras, “porque él –Maduro- está dentro de una celda aferrado a los barrotes, es decir, la sombra de la luz que entra se proyectaría en su cara, pero se me pasó y la envíe así, pero no le agregaría nada, me parece que tenía el mensaje que quería expresar y la gente le gustó y así está en la Casa Blanca”, dijo.
Cree paradójico que uno de sus trabajos este colgado en la emblemática estructura en Washington, cuando ha sido sumamente crítico con la gestión de Trump, “me llamó la atención, porque está en la Casa Blanca ocupada en la actualidad por un Presidente con quien no comulgo en 70 u 80 % con las cosas que hace, prefiero cuando mis caricaturas incomodan que cuando son aduladas, el humor está más para ejercer criticas pertinentes, veraces y reales que para ser alabado o aplaudido por políticos”, sentencia.
En cuanto a la posibilidad de que uno de sus trabajos termine en Miraflores, cree que primero habría que salir del “ilegitimo” que ocupa la silla presidencial criolla, “claro que sería un orgullo que un Presidente colocara en Miraflores una caricatura mía y que luego se quedara mucho tiempo ahí, pero hasta ahora no he hecho ninguna que me gustaría que estuviera exhibida en ese palacio”.
Daniel Murolo