El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció este miércoles que la gran mayoría de quienes han participado en actos de «violencia» tras las elecciones del 28 de julio, por los que -asegura- van 2.229 detenidos, fueron «entrenados» en Texas (EE.UU.) y Colombia, así como en Perú y Chile, como señaló hace una semana.
En un acto televisado, el mandatario indicó que el 80 % de ellos fueron «entrenados» en «campos» ubicados en esos países, de lo que aseguró tener «la prueba», sobre la que sin embargo no ofreció ni mostró detalles.
Explicó que son «grupos juveniles» que fueron «captados» por el abanderado de la oposición mayoritaria, Edmundo González Urrutia, a quien llamó «criminal de guerra», y por la líder antichavista María Corina Machado para llevar a cabo esas acciones, entre las que mencionó ataques a centros de salud y de educación y derribo de estatuas del fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013).
«Este señor, Edmundo González Urrutia, y la demonia de la Machado fueron a buscar jóvenes para pervertirlos, los lanzaron a la violencia y ahora los abandonaron», agregó Maduro, proclamado presidente reelecto por el Consejo Nacional Electoral (CNE) después de los comicios.
Tras el anuncio de este resultado, hubo múltiples protestas en Caracas y varias regiones de Venezuela, señaladas por la oposición mayoritaria -que insiste en la «victoria» de su abanderado- como «expresiones espontáneas y legítimas», mientras que el Gobierno las tacha de «criminales» y «terroristas», a la vez que denuncia un golpe de Estado «fraguado» por «factores fascistas de derecha extremista».
El pasado 31 de julio, Maduro denunció que un grupo de venezolanos «entrenados» en Chile y Perú estaban detrás de la violencia desatada en medio de las protestas contra el resultado electoral, lo que posteriormente fue rechazado por el primer ministro peruano, Gustavo Adrianzén, quien consideró lamentable el señalamiento.
Según el Gobierno venezolano, al menos 59 funcionarios policiales y 47 efectivos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) resultaron heridos, mientras que 2 militares fallecieron.
A estas 2 víctimas mortales se suman, de acuerdo con la ONG Provea, 24 civiles muertos, algunos de ellos «asesinados» por efectivos de la fuerza pública o grupos irregulares armados, una aseveración que no ha sido confirmada ni comentada por las autoridades, que tampoco se han referido al número de ciudadanos heridos.
EFE