Hay un dicho que reza «madre solo hay una», pero la literatura está colmada de ellas, por lo que elegir a las mejores es una tarea ardua. Es más sencillo encontrar madres controversiales cuyo corazón está ensombrecido por la falta de amor, madres desalmadas que rompen el molde de las mujeres amorosas, por ejemplo la mamá de «Matilda» del libro de Roald Dahl.
Buenas o malas no podemos dudar que son la piedra angular de nuestras vidas. Por eso muchos escritores han incluido grandes madres en sus historias. En este mes dedicado a ellas les traigo algunas que me han cautivado.
Si piensan que voy a escribir sobre las buenas mamás están equivocados, todos sabemos sus bondades, pero las malas también tienen su mérito y sus acciones fascinantes. Léase fascinantes, por lo que no necesariamente son benévolas.
Existen las madres despegadas como Madame Bovary o Anna Karenina, ambas ignoraron a sus hijos para entregarse a la pasión amorosa que rondan sus vidas. Aunque con argumentos diferentes, pero poniendo de manifiesto ese rechazo, Mercè Rodoreda dio vida a Colometa y Aloma, dos mujeres de su tiempo que se ven sorprendidas por la maternidad involuntaria, aunque la rechazan en un principio acaban por reconciliarse con ella.
Federico García Lorca es un experto en retratar a madres despóticas y crueles. Bernarda Alba y la madre de «Bodas de sangre» son un buen ejemplo. Ambas están arraigadas a una tradición que sitúa al «qué dirán» como prioridad. Pero, la relación materno-filial es mucho más dulce en «Bodas de sangre», donde la madre proyecta el despotismo y la desconfianza hacia su nuera – que en «La casa de Bernarda Alba», donde la protagonista «encarcela» a las hijas sin expresar el más mínimo afecto hacia ellas.
A mi parecer la peor madre de todas es Corrine de «Flores en el ático», el primer libro de la Saga Dollanger de V. C. Andrews. Abandonó y encerró a sus hijos en el ático de Foxworth Hall para que su padre no se enterara de su existencia y así poder cobrar su millonaria herencia. No solo los abandona, sino que permite toda clase de abusos e insultos a los niños por parte de su abuela y hasta les da veneno para deshacerse de ellos.
Dicen que el amor de madre es el único incondicional y que dura más allá de la muerte. ¿No es este entonces un buen punto de partida para iniciar una gran historia?
Ronald Gil
@pulpolector