Sin espacios en la ciudad para ellos, los venezolanos con discapacidad motora, física, sensorial e intelectual se sienten vulnerables y marginados, pese a la existencia de una ley que los protege.
Prensa de Lara | Lorena Rojas
En Iribarren y Palavecino hay algunas calles que no tienen rampas, hay pasos obstruidos, los postes no cuentan con el sistema Braille y además el transporte público es de difícil acceso.
Aunque no haya información oficial de cuántas personas en el país poseen una discapacidad, organizaciones como: Fundación Marianny Linárez, Consorven y Vanessa Peretti aseguran que, según sus estudios, entre un 10 a 15% de la población posee una discapacidad y que además, al menos el 90% de ellos estaría en situación de pobreza.
«Aunque es una minoría, es una minoría que es muy vulnerable…en cuanto a la accesibilidad en Palavecino del 1 al 100 le daría 0, porque no hay acceso para las personas con discapacidad, en las aceras no hay rampas, en las instituciones privadas y públicas no existe accesibilidad a menos que sea en planta baja… las mayorías de las aceras están destruidas, por lo que los que andamos en sillas de ruedas tenemos que andar en las calles», dijo Marianny Linárez.
Esta opinión también es compartida por Roberto Di Benedetto, presidente de la Asociación Regional de Ciegos.
«La aceras para personas con discapacidad visual tienen huecos, con la adecuación de los espacios en la ciudad estamos en pañales y además no estamos avanzando», expresó.
La falta de sensibilidad sería otro de los factores que estaría afectando a las personas con discapacidad, porque al no contar con una atención integral han sufrido maltratos.
«La Ley para Personas con Discapacidad es letra muerta, porque no se nos está brindando una atención en todas las áreas, salud, educación, alimentación, vivienda y transporte, hace falta mucha conciencia», expresó Wilson Mora, quien trabaja como comerciante.