La líder opositora María Corina Machado participó este lunes, de forma telemática, en el Oslo Freedom Forum, donde pidió el apoyo de la comunidad internacional para lograr el cambio en Venezuela en las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio.
«Este es un movimiento cívico y social que tiene tanta fuerza que el régimen ciertamente está preocupado (…) Estamos cerca de la posibilidad de derrotar a Maduro en las condiciones más duras», afirmó Machado.
María Corina consideró que la comunidad internacional debe comprender la importancia y la trascendencia de que Maduro sea derrotado en las elecciones presidenciales.
«Podríamos convertir el centro del crimen y la desestabilización en el hemisferio occidental, el régimen que es el mayor aliado de Putin e Irán, y convertirlo en un promotor de los derechos humanos y la libertad para la región. Y esto es lo que está en juego ahora mismo, a sólo 55 días», enfatizó.
Por el contrario, advirtió, si Maduro permanece en el poder «por la fuerza» en Venezuela «podríamos tener la mayor ola migratoria hasta el momento».
Aunque destacó que el 80 % de los venezolanos desea un cambio, y todas las encuestas muestran una intención de voto favorable al candidato presidencial unitairo Edmundo González Urrutia, María Corina dijo que no son «ingenuos».
«No somos ingenuos en cuanto a lo que el régimen está dispuesto a hacer. Hemos estado enfrentando persecución, violación de los derechos humanos, parte de mi equipo está en prisión ahora mismo, no podemos aparecer en los medios, no tenemos recursos, nos han atacado en mítines o cuando recorremos el país (…) Es obvio que el régimen sabe que en unas elecciones libres, en unas elecciones competitivas, les ganaremos de forma aplastante. Pero el hecho es que el régimen ya no es el mismo. El régimen es cada día más débil. Han perdido totalmente su base social. Pero al mismo tiempo, las redes que utilizan para el control social, para el terror de la población, también se están desmoronando. Nos enfrentamos a unas elecciones en las que más del 80% de nuestro pueblo desea desesperadamente un cambio y está dispuesto a luchar. Esto se ha convertido en mucho más que una lucha electoral. Esto se ha convertido en una lucha ética y existencial, incluso espiritual, por la dignidad, por la libertad y por que nuestros hijos regresen a casa», expresó.