Más de 10.000 residentes de la ciudad ucrania de Mariupol (sudeste del país), que fue asediada por las tropas rusas desde el comienzo de la invasión, están en riesgo de muerte por enfermedades contraídas por las insoportables condiciones que ha supuesto el bloqueo de las fuerzas del Kremlin, según ha asegurado este miércoles su alcalde, Vadim Boichenko, en su cuenta de Telegram. “Los rusos continúan con el genocidio que comenzó el 24 de febrero. Nuestro pueblo está en peligro mortal. Por lo tanto, se necesita una evacuación completa de la ciudad”, ha insistido.
La ciudad costera, a orillas del Mar de Azov, está prácticamente controlada por las tropas rusas y el 80% de la urbe ha sido destruida por los bombardeos, mientras los rusos han nombrado a sus propias autoridades. Apenas resiste un grupo de militares, la mayoría vinculados al ultranacionalista regimiento ucranio de Azov, resguardados de los bombardeos en las gigantescas instalaciones de la acería de Azovstal.
Boichenko, alcalde nombrado antes de la ocupación rusa, continúa enviando mensajes a los que considera sus conciudadanos que, según ha dicho, son actualmente entre unos 150.000 a 170.000 habitantes —la ciudad llegó a tener medio millón antes de la guerra—. Sus informaciones no pueden ser contrastadas por fuentes independientes, dada la complicada situación de la ciudad, aunque la propia ONU ha confirmado la grave crisis humanitaria que está viviendo la urbe costera. Según el máximo edil, para final de año, más de 10.000 de los habitantes que aún no han huido o muerto por los bombardeos, podrían fallecer por enfermedades y las extremas condiciones a que han sido sometidos.
“Los ocupantes han convertido a Mariupol en un gueto medieval. Habrá una tasa de mortalidad que se corresponderá con esta situación. Las epidemias estallarán sin medicamentos ni atención médica, ni restauración del suministro de agua y alcantarillado adecuado en la ciudad”, ha vaticinado. La mayoría de la población actual es anciana y está enferma, ha subrayado. “Sin las condiciones adecuadas, la mortalidad entre los grupos vulnerables aumentará drásticamente”.
Boichenko también ha explicado que algunos residentes de Mariupol han regresado a la ciudad desde los pueblos cercanos porque no se les ha permitido entrar en el territorio de la “Ucrania libre” debido al estricto sistema de “filtración” que realiza “el ejército invasor”.
Mariupol, debido a su ubicación, es una ciudad clave para Rusia, pues su conquista le facilita crear un corredor desde la región histórica de Donbás, donde están las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk, reconocidas por Moscú el pasado mes de febrero como estados independientes, y la península de Crimea, anexionada por Rusia de forma ilegal en 2014 tras un referéndum que la comunidad internacional no reconoce.
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