Los campeones del mundo ya están en casa. La selección argentina aterrizó en el aeropuerto de Ezeiza, en Buenos Aires, y a las 11:39 hora local comenzó un auténtico baño de masas. Se esperaban cientos de miles de hinchas agolpados en diferentes puntos de la capital para ver pasar a Leo Messi y compañía en el autobús descapotable, pero las previsiones se vieron completamente desbordadas. Por eso, las autoridades no tuvieron más remedio que improvisar y cambiar sobre la marcha el recorrido previsto.
La idea inicial era la de salir desde la sede de la Asociación de Fútbol Argentino en Ezeiza, junto al aeropuerto, y comenzar el trayecto por la Autopista Ricchieri. Posteriormente, se seguiría por la Avenida General Paz, Avenida Lugones, Autopista Ullía, Avenida 9 de julio, se pasaría junto al Obelisco y a través de la Autopista 25 de mayo se volvería al punto de partida.
Cientos de miles de aficionados argentinos se agolparon en el punto más emblemático, el Obelisco, para recibir allí a sus ídolos, pero se llevaron una mala noticia durante la mañana argentina. Las autoridades informaron de que el recorrido tenía que ser modificado sobre la marcha y que el Obelisco no sería uno de los lugares de paso. “Los futbolistas se acercarán a saludar a los hinchas desde la autopista 25 de mayo y 9 de Julio, de acuerdo al circuito dispuesto por los organismos de seguridad”, dijo la selección argentina.
Se desata el caos
Tras el anuncio de que el recorrido del autobús descapotable de Argentina iba a ser desviado, el pánico se apoderó de los aficionados y se desató el caos. Una marabunta albiceleste de personas comenzó a desplazarse hacia otros lugares de Buenos Aires, y la Autopista 25 de mayo fue tomada por los hinchas.
Se han vivido, por lo tanto, escenas en las que se podía ver a la gente corriendo a toda prisa para encontrar un nuevo sitio privilegiado para poder ver a los campeones del mundo, algo que no se presencia en Argentina desde hace 36 años.
El autobús donde marchan los jugadores de la selección argentina camina, no obstante, a paso muy lento ya que le resulta complicado abrirse paso entre la gran cantidad de aficionados que se concentran a su lado. Mientras tanto, cientos de miles de personas siguen esperando agolpadas y aguantando altas temperaturas bajo el sol de Buenos Aires.
4 millones de personas
Durante la celebración comenzaron a hacerse estimaciones de la cantidad de gente que se había ido dando cita en las calles de Buenos Aires. Así, varios medios de comunicación argentinos hablaron un par de horas después de que el autobús emprendiera su salida de una cifra cercana a los 4 millones de personas.