¡Despierta Venezuela!
Hablar de casi 23 años de revolución es referirse a un largo camino que nos condujo de la prosperidad al caos, la realidad que enfrenta el país es inconcebible, el tema del petróleo y consigo la consecuencias de escases de gasolina y gas fue “La muerte de una crónica anunciada” como lo dijera el periodista Gabriel García Márquez.
Quisiera que mis palabras fuesen alentadoras pero de no encontrar una solución inmediata, a través de las distintas vías que se plantean desde la mesa de la oposición, estamos a punto de una situación alarmante en la sociedad, que podría ser devastadora como una implosión social.
La cortina de humo sobre la persecución a delincuentes no es más que otro espectáculo de pan y circo; nunca ha existido una verdadera intención de resolver los problemas de inseguridad en Venezuela, la interrogante es: ¿Quién tiene las armas de guerra?; ¿Quién en vez de invertir en el sector productivo de la nación prefirió convenios de intercambio petrolero por armas?… la oposición, por favor; será que todavía nos creen estúpidos, dormidos por el hambre y en la búsqueda de sobrevivir cada día.
Nunca somos dueño de la verdad absoluta, pero la mayoría de los estadistas del mundo indican de forma clara que por primera vez en estas dos décadas, efectivamente sí hay una fractura entre el Gobierno. Esto nos hace un llamado a todos los ciudadanos de bien a despertar, a poner, por encima de nuestros intereses a Venezuela, que no existan más agendas ocultas, que se hable con honestidad a la todos los ciudadanos del país.
El llamado a comicios electorales generó entre los brazos ejecutores del Gobierno, una clara e indiscutible realidad, la imposición de candidatos, con un falso llamado a elecciones internas el próximo 08 de agosto.
Es importante, entender que esto no debe por ninguna razón alegrarnos, pero sí debe servir de motivación para que todos juntos con una sola consigna, salgamos con los mejores hombres y mujeres a rescatar la democracia el próximo 21 de noviembre, evidentemente, que todos somos necesarios para lograr ese cambio, y para no hablar de palabras trilladas que nos traigan malos recuerdos, alcanzar el camino para transformar Venezuela.
Nos obliga el compromiso democrático, nuestro sentimiento patriótico; a nosotros que nos quedamos aquí, apostando por Venezuela, sin ánimos de rendirnos, a quienes tememos la incertidumbre sin que nada nos tenga, seguimos aquí con los problemas que nos toca vivir día a día.
Llego la hora de la verdad, tenemos que dejar a un lado las mezquindades, practicar el perdón y comenzar como el ave fénix, levantarnos de la cenizas; todos sabemos que no es fácil, no obstante, se debe comenzar por la Unidad verdadera, esa que nos llevó en el 2015 a tener una mayoría determinante en la AN.
Hoy el camino es cuesta arriba, aun así es posible, si juntos convertimos esto, en “El milagro de Venezuela”; como lo hicieron los japoneses después del ataque de Hiroshima.