Donald Trump abordó este lunes al final de la mañana su avión privado en el aeropuerto de Newark (Nueva Jersey) rumbo al de Miami. Desde allí, se trasladó a su hotel con campo de golf en Doral, ciudad del condado de Miami Dade, para pasar la noche antes de su cita con la historia. Este martes lo espera un juez federal de la ciudad, John Goodman, para leerle los 37 cargos de los que se le acusa por llevarse de la Casa Blanca sin permiso en enero de 2021 un centenar de cajas con unos 13.000 documentos, 300 de ellos clasificados, a su residencia en Mar-a-Lago, en Palm Beach.
Se enfrenta a siete delitos federales que acarrean penas de hasta 400 años. Está previsto que se declare inocente de retener intencionadamente información sensible para la defensa nacional, de guardarse y ocultar papeles a los investigadores federales y de falsedad, así como de conspiración para obstruir a la justicia con uno de sus empleados, Walt Nauta.
Este lunes por la noche aún no estaba claro si le tomarán las huellas o la típica fotografía que, de frente y de perfil, le hacen normalmente a los acusados en Estados Unidos. En abril, cuando se presentó ante un juez de Manhattan imputado por un supuesto pago para enterrar una relación extramatrimonial con la actriz porno Stormy Daniels, le ahorraron ambos tragos. Tras su comparecencia, tiene previsto regresar a Nueva Jersey, donde ha pasado los últimos días en otra de sus suntuosas residencias con campo de golf. A las 20.15 convertirá un acto privado que tenía programado con donantes en una comparecencia ante la prensa para reaccionar a las últimas noticias judiciales. El miércoles cumplirá 77 años.
“Estamos preparados para la que se nos viene encima”, dijo este lunes en una comisaría de downtown el alcalde de Miami Dade, el republicano Francis Suárez, que coquetea con la idea de presentar, tal vez tan pronto como esta semana, su candidatura a la presidencia. En esa carrera se vería las caras con Trump, que ha anunciado que la nueva imputación no cambiará sus planes rumbo a la Casa Blanca. La ley estadounidense le permite hacerlo. También podría ser presidente aunque lo condenen.
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