Como apasionada de la politica y de la gobernanza en el siglo 21, no podría dejar de reflexionar sobre el impacto que puede tener el uso de la inteligencia artificial en el proceso de toma de decisiones públicas y en el liderazgo político, sobre todo en los últimos días donde algunos grupos de interés se han pronunciado por pausar su vertiginoso desarrollo.
Para ello, parto de la premisa de que buena parte de la ineficacia y el descrédito del liderazgo político actual está relacionada con tres factores claves:
La persistencia de un liderazgo personalista y desfasado, sin la preparación suficiente para entender las revoluciones tecnológicas que estamos viviendo y visualizar el futuro de sus sociedades
La inoperancia de las instituciones públicas anquilosadas, con estructuras y procesos de toma de decisiones ineficaces para responder ante un entorno de cambios rápidos y continuos
La pérdida de la capacidad de intermediación de los sistemas políticos, haciendo casi inmanejable la multiplicidad de demandas provenientes de los diferentes actores de la sociedad, incrementando la insatisfacción de la gente y deteriorando la calidad de la democracia.
En ese contexto, creo que la irrupción de la inteligencia artificial representa una gran oportunidad para atacar estructuralmente estos tres factores y mejorar de manera sustancial el proceso de toma de decisiones políticas, ya que puede proporcionar soluciones a los siguientes niveles. Veamos:
1- Analizar datos: la IA puede procesar grandes cantidades de datos de diversas fuentes-incluidas redes sociales, encuestas y medios de comunicación- en muy poco tiempo y extraer información relevante para ayudar a los responsables políticos a comprender mejor los problemas. Se dice que un problema bien comprendido es casi el 50% de la solución. Por ejemplo, puede analizar los patrones de tráfico antes de determinar las mejores soluciones de movilidad.
2- Identificar patrones, tendencias y modelos predictivos: una vez comprendido el problema, la IA puede utilizar grandes bases de datos para identificar patrones y tendencias, (difíciles de detectar por los seres humanos) y generar modelos predictivos diversos para anticipar los resultados de políticas específicas, y simular su impacto en la sociedad antes de que sean tomadas. Esto permitirá a los políticos tomar decisiones informadas acerca qué tipo de políticas podrían tener el mayor impacto positivo en la sociedad y a minimizar los riesgos asociados, y no sobre opiniones o suposiciones. Por ejemplo, puede predecir la demanda de servicios públicos, lo que puede ayudar a los responsables políticos a planificar mejor el uso de los recursos.
3- Asistir en la toma de decisiones: además, la IA puede brindar recomendaciones y sugerencias a los tomadores de decisiones basadas en estos datos, análisis, predicciones y modelos. Esto puede ayudar a los tomadores de decisiones a considerar opciones que de otra manera podrían haber pasado por alto o subestimado.
4- Automatizar y optimizar procesos: adicional a facilitar la toma de decisiones políticas, la IA también puede -mediante algoritmos- ayudar a automatizar tareas y procesos repetitivos/rutinarios que requieren toma de decisiones simples, liberando tiempo para que los líderes se centren en decisiones más complejas y estratégicas. Esto permitiría ahorrar tiempo y recursos, además de reducir los errores humanos. Por ejemplo, puede automatizar el proceso de análisis de datos y proporcionar informes detallados en tiempo real, identificar la mejor ruta para el transporte público, etc.
5- Personalizar soluciones: además, la IA puede ayudar a los responsables políticos a focalizar, segmentar y personalizar el contenido y la presentación de la información para cada política en función de las preferencias y necesidades específicas de los ciudadanos.
6- Incrementar la transparencia: como consecuencia de todo lo anterior, la IA ayudará a aumentar la transparencia en el proceso de toma de decisiones políticas al proporcionar información precisa y actualizada a los ciudadanos, reduciendo las posibilidades de hechos de corrupción producto de procesos opacos. Por ejemplo, puede ayudar a rastrear el progreso de los proyectos o proporcionar información sobre los resultados de las políticas públicas.
7- Analizar sentimientos y facilitar la comunicación: por si fuera poco, la IA puede analizar grandes cantidades de datos no estructurados -como comentarios en redes sociales- para identificar patrones de opinión y sentimientos que pueden afectar la toma de decisiones. También, puede ayudar a los políticos a comunicarse de manera más efectiva con sus votantes y otros políticos, proporcionando análisis de sentimiento en tiempo real para identificar temas que son importantes para los votantes y sugerir formas de abordarlos.
En resumen, la IA puede tener un impacto significativo en el proceso de toma de decisiones políticas al proporcionar información precisa y actualizada de grandes bases de datos, hacer predicciones, simulaciones y recomendaciones, automatizar tareas y procesos repetitivos, personalizar las políticas públicas para satisfacer las necesidades de los ciudadanos asi como incrementar la transparencia y facilitar la comunicación de los políticos con sus votantes.
En ese sentido, todo es ganancia. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la IA no debe utilizarse como un sustituto completo de la toma de decisiones humanas. Hay algunos desafíos y riesgos asociados con su uso en el proceso de toma de decisiones políticas. Estas incluyen preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad de los datos, la existencia de sesgos en los algoritmos y su impacto en la transparencia de la toma de decisiones políticas.
Por lo tanto, es importante que los líderes políticos puedan responder de manera proactiva ante esta disrupción tecnológica, siendo a la vez responsables de garantizar que ésta se utilice de manera ética y responsable, considerando cuidadosamente tanto sus beneficios como sus riesgos potenciales.
