«¡Misión cumplida, carajo (…) misión cumplida Ricardo (Martinelli)!», afirmó el presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, al celebrar ante sus seguidores su triunfo en los comicios celebrados este domingo.
«No me animan confrontaciones de ningún tipo», dijo Mulino al asegurar que buscará el consenso político y que impulsará «un gobierno pro empresa privada», pero sin olvidar a los más necesitados.
Mulino en su discurso se declaró «conciliador», que no es «títere de nadie», que nadie lo puso «a dedo» y que llegará al puesto sin «una gota de venganza contra nadie».
«Yo no estoy aquí porque me puso alguien, ni por el dedo de alguien, me puso el voto popular», advirtió.
Fue enérgico en su discurso al referirse que en su gobierno «se acabó la persecución política, se acabó la manipulación del Ministerio Público, se acabó la manipulación de jueces y magistrados. A partir del 1 de julio se recobrarán las llaves de los candados que han tenido presos, dañando reputaciones sin vergüenza».
«Un abrazo Ricardo (Martinelli) hasta allá donde estás. Como dije se acabó la persecución política en este país, el país está harto de las peleas politiqueras que no nos han conducido a nada bueno, no me considero enemigo de nadie, y espero que nadie me considere su enemigo», subrayó.
Martinelli, asilado en la Embajada de Nicaragua, es el líder del partido Realizando Metas (RM) que acudía a estas elecciones como candidato presidencial con Mulino como vicepresidente, pero que fue inhabilitado tras una condena a más de diez años de prisión por corrupción, cediendo el puesto a su delfín.
Esa candidatura, sin embargo, no fue ratificada por la Corte Suprema de Justicia hasta el pasado viernes, dos días antes de las elecciones, tras una demanda de inconstitucionalidad al no haberse presentado Mulino a primarias ni contar con un vicepresidente.
Libertad de expresión
Mulino también aprovechó el momento para exigir respeto a los periodistas y dueños de medios de comunicación, aunque prometió al mismo tiempo reciprocidad hacia el gremio, «habrá un presidente respetuoso de la libertad de expresión a toda costa».
Mulino espetó, con cierto tono de broma, que los que le dieron el voto «no están contratando al gerente de circo»: «Voy a ser un presidente de verdad y no un bailador de TikTok y echador de cuentos».
Prometió hacer un gobierno centrado en buscar un Panamá mejor para los panameños.
«Impulsaremos un gobierno pro inversión, pro empresa privada, pero sin olvidar a los que tienen hambre, a los que quieren un empleo y de los que necesitan agua potable en todo el país todos los días», remarcó.
Reconoció que lo que viene en el futuro «son retos muy grandes», pero que los afrontará con decisión y liderazgo, «qué es lo que le falta a este país».
«Los problemas son enormes, pero tengo toda la voluntad del mundo para echarlos a andar y tomar las decisiones que este país está esperando en los próximos meses», subrayó.
Pasó de hablar de una gestión económica, a manifestar que el país se encuentra postrado «producto de 10 años desfachatez» y todo tipo de corrupción.
El recién electo presidente de Panamá adelantó que ya habló con el presidente, Laurentino Cortizo, sobre el proceso de transición.
Con más del 90% de los votos escrutados, Mulino logró un 34,4% de las papeletas, frente al 25% del antisistema Ricardo Lombana, del Movimiento Otro Camino (Moca), el 16% del expresidente Martín Torrijos (2004-2009), del Partido Popular (PP), y el 11,2% alcanzado por Rómulo Roux, de Cambio Democrático (CD).