Seis días después de su detención, el Ministerio Público dictó privativa de libertad contra María Gregoria Rubio Rubio (49), quien el 22 de febrero mató a su hermana y los dos hijos de esta, por presuntos motivos pasionales que involucran al esposo y padre de los fallecidos.
La Fiscalía N° 65 del Área Metropolitana de Caracas le fijó como centro de reclusión el Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF), ubicado en Los Teques, a la mujer que llegó a la vivienda de su hermana menor Ana Victoria Rubio Rubio (42), situada en la parroquia La Dolorita en Caracas, con la excusa de aclarar su romance con su cuñado.
Al parecer, se inició una discusión entre los tres, pero eso no impidió que pasara la noche en esa residencia junto a su hija de 10 años.
Al día siguiente, el hombre se fue a trabajar al amanecer y María Gregoria aprovechó que su hermana y sus dos sobrinos, de 9 y 11 años de edad, aún se encontraban dormidos y los atacó con una chícura y una escardilla. Luego los roció con gasolina y les prendió fuego.
El triple homicidio ocurrió mientras la hija de la victimaria se encontraba en la planta baja de la casa. Luego de incendiar el cuarto de las víctimas, la mujer huyó con su hija y se refugió en un anexo que acababa de alquilar en el centro de Caracas.
Vecinos intentaron apagar el fuego, pero no pudieron y ya cuando llegaron las autoridades, los cuerpos estaban carbonizados. La primera versión fue que se trató de un cortocircuito, pero funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) determinaron que se trató de un asesinato.
Fueron a la vivienda de la mujer, quien aseguró que ella se retiró de la residencia de su hermana junto a su hija, antes del incendio. Sin embargo, en la casa aún guardaba la ropa que usó para perpetrar el crimen, que contenía rastros de sangre y combustible.
Al ser detenida confesó que decidió asesinar a su hermana y sobrinos, porque su cuñado eligió dejar la relación que sostuvieron por dos años y quedarse con su esposa.