La declaración anual de impuestos y su respectivo pago son actividades comunes en cualquier país con una economía estable, pero en Venezuela la norma para las personas naturales en los últimos años ha sido no pagar.
Este año, las condiciones cambiaron. La devaluación del bolívar y una Unidad Tributaria (UT) estancada en Bs 0,40 hicieron que todos los venezolanos en condición de asalariados, excedan las 1.000 UT (Bs 400) anuales que exige la ley para cumplir con la declaración y pago del Impuesto Sobre la Renta (ISLR).
Como resultado, trabajadores de la administración pública que ingresan salario mínimo, deben pagar por ISLR un monto superior a un mes de sus paupérrimos ingresos de $5,3, según el tipo de cambio publicado por el Banco Central de Venezuela (BCV) para este 30 de marzo.
El monto de Bs 130 de salario mínimo genera, dependiendo del caso y del desgravamen, un pago de entre Bs 130 y Bs 180. Claro está, todo depende de las características de la declaración de cada usuario. Lo cierto es que supera el salario mínimo del trabajador.
Esto quiere decir que, un trabajador de la administración pública que quiera pagar sus impuestos en una sola transacción —ya que es posible segmentarla en tres partes a pagar en tres meses—, invertiría todo su salario para cumplir con esta obligación.
Pese a esta narrativa, el Impuesto al Valor Agregado (IVA) representa un impuesto del 16% de todas las compras realizadas por todo ciudadano venezolano. De igual manera, el Impuesto a las Grandes Transacciones (IGTF) pesa contra todo venezolano que pague una compra en dólares. Ahora se suma el IGTF.
¿Por qué no se pagaba el ISLR?
Gracias a la destrucción del salario, la gran mayoría de los venezolanos quedaron exentos del pago del ISLR durante años, pues la norma establece que cumplen con esta obligación aquellos que generasen ingresos anuales iguales o superiores a 1.000 UT por concepto de remuneraciones.
En el último lustro, esta condición dejaba por fuera a millones de venezolanos que no generaban ingresos anuales que excedieran las 1.000 UT. Sin embargo, el Gobierno cambió su política tributaria tras el lanzamiento del Petro, que reemplazó a la UT para los trámites administrativos.
En consecuencia, la UT dejó de ser actualizada y la devaluación del bolívar hizo su trabajo. Los ajustes salariales hicieron que las personas ganar más bolívares, nominalmente, pero que sus ingresos se deteriorasen y con el paso del tiempo, todos empezaron a ganar más de 1.000 UT anuales.
Desde abril de 2022 la UT fue fijada en Bs 0,40. Un año más tarde, las 1.000 UT se traducen en ingresos anuales de Bs 400. Ya que el salario mínimo es de Bs 130, en solo cuatro meses se excede el monto indicado por la ley.