La falta de mantenimiento de la carretera Panamericana afecta no solo a los conductores sino también a los peatones que viven en las adyacencias.
Además de las pasarelas en avanzado deterioro, quienes se ven obligados a caminar por la vía para poder entrar o salir de sus viviendas denuncian que el monte se «tragó» las aceras.
Es el caso del tramo cercano al centro comercial La Cascada. «Vivo cerca, debo caminar hasta la entrada de Montañalta para agarra el bus, pero el monte se apoderó de la acera y obliga a caminar por el canal lento», denunció Yulineth Castillo.
Agrega que al monte se le suma los botes de aguas servidas, aguas blancas y la acumulación de basura. «Ni hablar de la iluminación al caer la noche, nunca la Panamericana estuvo tan abandonada», resaltó.
Redacción El Tequeño