Representantes de diferentes instituciones educativas públicas del estado Lara denunciaron las condiciones en que sus hijos están recibiendo la comida proveniente del Programa de Alimentación Escolar y la calidad del menú.
Pasta con arepa de maíz amarillo, pasta blanca y arroz con frijoles, es parte del menú que han venido recibiendo los estudiantes de la Escuela Argenis Graterol, ubicada en el municipio Torres, así lo denunció una representante que prefirió no revelar su identidad por temor a ser atacada por parte de factores oficialistas y las madres procesadoras, quienes en los últimos días han salido en defensa de esta modalidad de alimentación escolar.
Con indignación, la madre de un estudiante de cuarto grado, lamentó esta situación que pone en riesgo la salud de los niños, quienes no están recibiendo los nutrientes necesarios, por lo que este programa a duras penas les garantiza los carbohidratos.
La historia no es diferente en el Centro de Educación Inicial Calicanto de este mismo municipio, cuyo menú también se resume en un plato de pasta blanca.
Fuentes cercanas a estas instituciones educativas señalaron que el régimen realiza el envío de las mismas bolsas que distribuyen los CLAP en las comunidades, las cuales solo traen, harina de maíz amarillo, arroz, pasta y granos.
Agregan que cuando logra llegar proteína, la misma es para favorecer a las instituciones cuyos directivos estén de frente con el oficialismo.
A eso le suman que para la preparación de los alimentos no cuentan con aliños y vegetales, al menos para garantizar algo de sabor en el menú, por lo que más de una vez han solicitado la colaboración de los representantes, sea con dinero en efectivo para comprar o que lleven algo desde sus hogares.
La situación es más aguda en los caseríos y pueblos de la entidad larense, donde el servicio de comedor escolar es casi nulo en los planteles públicos, ya que se manejan únicamente con ayudas de aliados y habitantes de las comunidades para garantizar la alimentación de los estudiantes.
En estos lugares hasta han llegado a reducir las horas de jornada académica por no contar con alimentos en los comedores.