Luis Alvarez es un comerciante que trabaja en el mercado mayor de Coche, distribuyendo alimentos como frutas, verduras y hortalizas a restaurantes, pero debido al aislamiento social preventivo por la amenaza del coronavirus, se vio privado de realizar este trabajo.
“Como los restaurantes cerraron, debí buscar una alternativa. Ayudar a mis vecinos fue lo mejor que se me ocurrió”. Con sus vehículos personales se ha encargado de llevar casa a casa los pedidos que sus vecinos le han hecho luego de que él y su esposa enviarán una lista vía Whatsapp con los alimentos que había llevado a su hogar desde el mercado.
“Sabemos que al hacer esto nos estamos arriesgando, pero al menos ayudamos a los vecinos, porque así ellos evitan salir a la calle o hacer colas para comprar” nos expresa este hombre, quien junto a sus dos empleados, de los cuales uno es su hijo, Ricardo Alvarez, va al mercado mayor de Coche tres veces por semana en busca de la mercancía que posteriormente almacena en la planta baja de su casa.
Con guantes, tapabocas, constantes lavados de manos y cambios de ropa, estos tres hombres trabajan, incluso desinfectando los alimentos, el depósito y los autos con una solución inofensiva para el consumo humano, pero efectiva contra las bacterias y contra el virus, solicitada por el departamento de salud de INMERCA.
Aunque cuenta con una autorización para transitar libremente por las carreteras del municipio y las de Caracas, Luis ha tenido el mismo problema que gran parte de la población venezolana con el surtido de gasolina.
Trabaja con dos automóviles para hacer más rápidos los despachos y han tenido, tanto él como sus empleados, que hacer colas por más de 6 horas para lograr llenar los tanques de estos vehículos, ya que de otra forma no pueden trabajar.
Vecinos de El Cují, Figueroa y San Antonio no paran de darle las gracias por su ayuda, que le hace trabajar aún más de lo que normalmente lo hacía, pues al despachar restaurantes vendía los alimentos al mayor, lo que significa pesar solamente sacos y cestas de cada rubro y trabajando al detal debe vender incluso desde unos pocos gramos de mercancía.
Aún con todas las dificultades, el comerciante se siente orgulloso de lo que está haciendo porque considera que está colaborando con evitar la propagación del virus.
Katherin Alvarez @kathdj24
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