«Si no quiere firmar, va castigado». Cuando el teniente coronel, a quien llamaremos Pérez, oyó esa expresión de su superior no supo qué responder. No le dijo que era él quien no quería firmar, sino que era un subalterno. Vaciló unos segundos y se aventuró a preguntar, a quien consideraba su amigo y su jefe, si esa acción no era voluntaria. «Es una orden superior y mejor no ponerse creativo», fue la respuesta.
Él no es el único. A los integrantes de la Fuerza Armada los llevan a firmar, en el marco de la recolección de firmas de la campaña No More Trump (No más Trump), como una tarea más de las que deben cumplir. Igual que en toda la administración pública.