“Quiero que esto termine rápido para visitar la tumba de mi hermano”, sentencia visiblemente afectado Omar, quien no pudo asistir al funeral de su hermano por falta de gasolina.
Hace dos semanas recibió una llamada que le cambió su vida. Su hermano había fallecido en la ciudad de Caracas y debía bajar a la capital para darle el último adiós.
Omar Pérez, residente de los Altos Mirandinos, intento por todos los medios conseguir combustible, pero fue imposible.
«En mi casa hay dos autos y uno de ellos aun cuenta con gasolina, pero solo se utiliza para realizar tareas puntuales», agrega el hombre.
Intentó comprar gasolina a vendedores ilegales pero los precios estaban lejos de su presupuesto. “No podía pagar 30 o 80 dólares por gasolina, prefiero gastarlos en comida o guardarlos para una emergencia en mi casa”.
Manifiesta que lleva varias semanas intentando llenar el tanque y se le ha hecho imposible “Me despierto a las 6:00 am para hacer la cola pero todavía no he podido llegar a la bomba.”
No quiere pernoctar de noche porque teme por su seguridad pero cree que en algún momento la tendrá que hacerlo.
Osmary Perez
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