El alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, defendió su visita a Cuba este martes en Estrasburgo, donde varios eurodiputados cuestionaron al diplomático por evitar hablar de las violaciones de derechos humanos durante su viaje a finales de mayo y pidieron suspender el Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación (ADPC) existente entre este bloque y el régimen desde 2017.
«Hice lo que tenía que hacer. Nuestra política no es la de bloquear el diálogo por la situación política de Cuba, sino la de aprovechar las posibilidades que nos da este acuerdo. No todo en diplomacia es el megáfono», dijo el jefe de la diplomacia europea durante el debate en la sede parlamentaria de Estrasburgo, reportó Europa Press.
En este sentido, Borrell reivindicó que la UE aproveche los instrumentos de diálogo con el régimen de Miguel Díaz-Canel a su disposición, insistiendo en que la anterior posición de la UE, auspiciada por España durante la etapa de José María Aznar «no dio ningún resultado tangible».
Señaló que la UE ofrece un modelo socioeconómico basado en una sociedad democrática que es el «punto de partida» para mantener un «diálogo crítico y constructivo» con La Habana.
La visita de Borrell a finales de mayo a Cuba, la primera desde que es el encargado de las relaciones exteriores de la UE, ha sido objeto de debate en la Eurocámara, que elaborará una resolución para el próximo mes de julio sobre la cuestión.
Borrell se ha enfrentado a las críticas de eurodiputados conservadores por «normalizar» las relaciones con el régimen y no mantener reuniones con disidentes cubanos durante su estancia en Cuba.
En este sentido, el eurodiputado del PP Leopoldo Gil demandó al Alto Representante que la UE suspenda el diálogo con Cuba ante las violaciones de derechos humanos por parte de La Habana y que se revise su invitación a la próxima cumbre en Bruselas de la UE y la CELAC.
En la sesión también intervinieron la vicepresidenta del Parlamento Europeo, Dita Charanzová, y Hermann Tertsch. Todos cuestionaron que en su viaje a Cuba Borrell promovió fundamentalmente una agenda de negocios con el régimen y no se reunió con familiares de presos políticos. Además de referirse a las constantes violaciones de derechos humanos en la Isla y la existencia de más de 1.000 presos políticos, también apuntaron al hecho de que La Habana constituya uno de los principales aliados del Kremlin respecto a la invasión de Ucrania.
Tertsch, diputado por el partido español Vox, llegó a pedir la dimisión de Borrell.
