Tener una buena alimentación es la clave en la prevención de enfermedades, una adecuada nutrición determina el correcto funcionamiento del sistema inmunológico y una mayor fuerza en la defensa de nuestro cuerpo ante los procesos infecciosos.
Actualmente, gran parte de la sociedad esta malnutrida desde el punto de vista de la adecuación de la ingesta de alimentos diaria y su combinación, debido a dietas ricas en alimentos de escasa calidad nutricional y elevada densidad calórica, que no aportan los nutrientes necesarios para fortalecer el estado de salud, donde para un grupo predomina el exceso de calorías, es decir, hay una sobrealimentación proveniente de muchos carbohidratos, azucares simples, grasas saturadas y sodio junto con un estilo de vida sedentario, mientras que en otros prevalece el déficit de los nutrientes esenciales para el desarrollo de una vida normal, debido a importantes situaciones multifactoriales que comprometen la ingesta diaria.
Al entender la importancia de la función del régimen de alimentación en la prevención y el control de las enfermedades, que claramente están vinculadas al estilo de vida, se puede asumir de una manera más responsable, comprometida y consciente que, es necesario hacer ajustes a la forma de vivir como un mecanismo de ayuda al organismo, cuya capacidad de resistir se ve mermada ante los malos hábitos de vida, sumados a la gran cantidad de contaminantes y agentes patógenos que a diario se encuentran en el ambiente, una situación que se complica aun mas de presentarse la malnutrición antes mencionada.
Hacer una intervención e identificar los componentes específicos de la dieta que aumentan la predisposición a ciertas enfermedades crónicas, ayuda a modificar inteligentemente su repercusión en la salud y el estado nutricional, es una respuesta efectiva para alcanzar un mejor nivel de vida con bases en la dieta y sus implicaciones como impulso al cambio de la conducta ante la variedad de alimentos y las posibilidades de hacer nuevas recetas con creatividad y bajo líneas tradicionales que trasciendan en el curso de la vida actual.
Alimentarse saludable es conducir al cuerpo durante la vida, por el camino de la prevención y acompañarlo a ver un paisaje cargado de nutrientes valiosos que a través de preparaciones sabrosas con alimentos naturales, mínimamente procesados y sin aditivos, mucho más nutritivos con vitaminas y minerales con esa súper función antioxidante, que junto con un entorno saludable, donde hacer ejercicios o una caminata diaria más que una obligación es un momento de relajación, mantendrán el equilibrio necesario que sumara también a la salud emocional una carga de pensamientos positivos, logrando así un estado de salud ideal con energía renovadora.
Ania Pulido
