Argentina afronta una fuerte ola de calor que, como cada verano, se traduce en un incremento sustancial de consumo eléctrico, con el consecuente riesgo de cortes masivos en el suministro, principalmente en Buenos Aires y su populoso cinturón urbano, como los que se vienen produciendo esta semana.
Tras superarse el pasado martes los 40 grados en el centro del país, día en que miles de personas se quedaron a oscuras en la capital y sus alrededores, y por las previsiones de nuevos máximos entre este jueves y el viernes, el Gobierno argentino dispuso que los empleados públicos trabajen desde casa ambos días para ahorrar energía.
El secretario de Energía, Darío Martínez, justificó la medida por la demanda “récord” de energía, “producida por el crecimiento sostenido de la Economía, combinado con la ola de calor histórica”, según expresaba en Twitter.
El funcionario también pidió a la población ahorrar energía “en la medida de sus posibilidades” y “un mayor esfuerzo al sector empresarial, para priorizar el consumo de los hogares”.
Aunque este jueves se registraron pocas zonas con cortes de luz, en las próximas horas se espera alcanzar un consumo similar o superior al del martes, cuando una falla en el sistema energético provocó la afectación de cerca de 700.000 usuarios, según informó el Ente Nacional Regulador de la Electricidad.