Casi tres de cada cuatro niños en el mundo (un 73,6 %) están fuera de los servicios de protección social, y este porcentaje, calculado al principio de la pandemia (2020), es incluso mayor que el de cuatro años antes, cuando era del 72,8 %, advierte un informe de Naciones Unidas publicado hoy.
El estudio conjunto de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) concluye que 1.460 de los 2.000 millones de niños menores de 15 años no tienen acceso a este tipo de apoyo, comúnmente ofrecido en forma de “prestaciones por hijos a cargo”.
Ello supone 50 millones de niños más sin prestaciones en 2020 que en 2016, cuando éstas “pueden ser vitales para las familias que enfrentan dificultades económicas, inseguridad alimentaria, conflictos y catástrofes relacionadas con el clima”, destacó la directora de Política Social de la OIT, Natalia Winder-Rossi.
PROTECCIÓN CASI TOTAL SÓLO EN OCCIDENTE
La situación varía enormemente según regiones, con alta protección sólo en Europa (96 % de los menores de 15 años) y Norteamérica (94 %), regiones donde, sin embargo, la tasa bajó unas décimas entre 2016 y 2020, mientras que en África es de sólo el 12,6 %, un porcentaje aún más bajo, del 10,5 %, en la región subsahariana de ese continente.
En Asia-Pacífico es del 18 %, aunque es la única región del mundo donde la tasa subió, aunque fuera ligeramente, en cuatro años (era del 17,4 % en 2016), mientras que en Latinoamérica el desplome ha sido muy pronunciado: de una tasa del 50,7 % en 2016 se cayó a una del 41,5 % en 2020.
“Cuando no reciben una protección social adecuada, niños y niñas están más expuestos a la pobreza, las enfermedades, la falta de escolarización y la malnutrición, teniendo más probabilidades de caer en las redes del matrimonio precoz y el trabajo infantil”, advierte la OIT al publicarse el informe.
Éste recuerda que 356 millones de niños (casi uno de cada seis) viven en la pobreza extrema (menos de 1,9 dólares diarios) y hasta 1.000 millones sufren “pobreza multidimensional”, definida por la ONU como aquella en la que falta acceso a uno o varios servicios básicos (educación, salud, vivienda, nutrición, baños, agua potable).
Se calcula que el número de niños que vive en esa pobreza multidimensional aumentó un 15 % durante la pandemia de covid-19, marcando un retroceso en los avances hacia la reducción de la pobreza infantil.
LA MITAD DE LOS POBRES SON NIÑOS
Los menores, recuerdan OIT y UNICEF, tienen el doble de probabilidades de vivir en situación de pobreza extrema que los adultos, y de hecho constituyen la mitad de las personas pobres en el planeta, pese a ser sólo un 30 % de la población global.
El informe recomienda a los países invertir en las prestaciones por hijos a cargo, que ayuden además a conectar a las familias con otros servicios sociales y de salud que incluyan una atención sanitaria gratuita a la infancia, con especial protección para niñas, menores migrantes y víctimas de la explotación.
“Una inversión adecuada en protección social universal para la infancia (…) es una decisión ética y racional, y nos sitúa en el camino correcto hacia el desarrollo sostenible y la justicia social”, resumió la directora del Departamento de Protección Social de la OIT, Shahra Razavi.
El informe destaca que un gasto anual del 1 por ciento del PIB en programas sociales como las prestaciones por hijo a cargo pueden reducir en un 20 % la pobreza de la población en los países de ingresos medios, y el porcentaje para los menores de 15 años puede ser incluso mayor.
SÍNTOMA DE UNA DESPROTECCIÓN MÁS AMPLIA
La desprotección social de los niños es sólo parte de un problema global que afecta a muchos otros colectivos: 2.700 millones de personas carecen de acceso a seguros sanitarios, y 1.700 millones de trabajadores no están protegidos por ayudas en caso de caer enfermos.
Además, 164 millones de personas en la tercera edad no reciben pensiones, y están igualmente fuera de cualquier sistema de protección y beneficios sociales 71 millones de madres de recién nacidos, 150 millones de discapacitados y 179 millones de desempleados, según cifras de la OIT.