La Constitución venezolana prohíbe establecer bases militares extranjeras en el territorio nacional, pero sí permite la presencia de tropas de otro país. Rusia es uno de los mayores proveedores de armas de los regímenes de Chávez y Maduro.
Gustavo Ocando Alex | Voz de América
La mención de un alto vocero ruso a la posibilidad de un despliegue militar del gobierno de Vladimir Putin en Venezuela se enmarca en una relación de cooperación de 17 años de vigencia, según una organización especialista en materia de seguridad y defensa.
El medio de comunicación La Voz de América, detalla cómo Rusia se convirtió en un país “aliado” para los regímenes de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, y cómo esos nexos se han traducido en compras millonarias de armas y asesorías técnicas de Moscú.
1. Detalles secretos
Los acuerdos de Venezuela y Rusia en materia militar son “secretos” desde hace 17 años, durante la administración del fallecido expresidente Hugo Chávez, indica Rocío San Miguel, abogada y presidenta de la asociación civil Control Ciudadano, una ONG que se describe como abanderdada del «trabajo por el derecho de los ciudadanos a ejercer controlaría sobre los sectores de la Seguridad, la Defensa y la Fuerza Armada Nacional».
Se sabe que los gobiernos de la nación euroasiática han brindado desde 2005 asistencia técnica, logística, entrenamiento de personal y armas a Venezuela, sin embargo, no se conocen todos los detalles de los convenios, dijo San Miguel a la Voz de América.
Ese secretismo estatal ha favorecido que empresas privadas vinculadas al gobierno ruso den entrenamiento a miembros de las Fuerzas Armadas venezolanas, dijo la experta.Un tuit del comandante de la Zona Operativa de Defensa Integral Número 43 Miranda (ZODI Miranda), el general de división del Ejército Johan Hernández Lárez, informó que “Instructores Internacionales de la Compañía de operaciones especiales V.E.G.A.” estaban adiestrando a la Unidad de Acción Rápida del Comando de Zona Número 44 (Miranda) de la Guardia Nacional Bolivariana. Se trata de la empresa privada de seguridad rusa Vegacy Strategic Services Ltd., también conocida como VEGA.
“Los acuerdos pueden ser secretos si un Estado los define de esa manera, pero se deben establecer mecanismos de control democrático, como comisiones ad-hoc en los Congresos. Sin ellas, no hay verificación de cumplimiento. Son acuerdos leoninos, que terminan fracasando”, advierte San Miguel.
La crisis política e institucional de Venezuela ha afectado la vigilancia sobre esos acuerdos. Ocurre que el poder judicial afín a Maduro anuló las competencias del Parlamento electo en 2015 y ahora, desde 2020, el chavismo domina esa Asamblea con un tono predominantemente leal al presidente venezolano.
Las fuerzas políticas aliadas de Chávez eran mayoría en los poderes legislativos de la primera década de vigencia de los acuerdos militares con Rusia. Esos parlamentos decretaron la confidencialidad de esos acuerdos.
San Miguel menciona como una de las consecuencias de la falta de control institucional a los acuerdos militares con Rusia que Venezuela tiene “más de una década” esperando la construcción de una fábrica de fusiles Kalashnikov.
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