Silvia sale de su casa todos los días a las cinco de la mañana, acompañada por su hermano, para llegar a su trabajo “a buena hora”. Ambos deben caminar casi dos kilómetros entre calles oscuras de la urbanización El Limón de San Antonio, con el fin de tomar el transporte.
El alumbrado público es deficiente, eso les provoca miedo a ambos, debido a que entre la calle uno de las referida comunidad hasta la plaza de San Antonio de los Altos no hay iluminación. A pesar de que hay luminarias, algunas no funcionan y ya tienen tiempo así.
«Llevan meses sin ser reparadas”, asegura. Otras fueron vandalizadas, desprendidas de los tubos que las sostienen o encienden de manera intermitente y permanecen apagadas por largos periodos.
En el caso de la calle uno, la única iluminación proviene de la fachada de algunas casas que han instalado lámparas. «Hay tramos que son una cueva de lobo, la pregunta es: ¿Dónde está Corpoelec?», se pregunta Silvia.
Pide a la referida empresa Estatal revisar qué pasa con el alumbrado público que se apagó por alguna falla que jamás fue atendida.
Redacción El Tequeño