Yanetzi teme que la desnutrición que presenta su niña de 2 años se repita en el bebé que está a punto de tener. «No les puedo dar leche, solo lo que trae la bolsa y eso no alimenta», puntualiza.
Vive en una humilde vivienda de lata y madera en el sector La Isabelica de Carabobo. En su cocina eléctrica, solo prepara arroz y pasta.
La más reciente encuesta del Observatorio Venezolano de Seguridad Alimentaria y Nutrición (OVSAN) en esta entidad, indica que el 99,4 % de las familias consumen tres o más veces a la semana sólo cereales, es decir, arroz o harina de maíz.
«Ya ni harina se puede comprar, no alcanza. Si desayunamos no almorzamos, así es nuestro día a día», narra la joven quien tiene seis meses de gestación.
Yanetzi Ramos comparte la casa con otras cinco personas, entre las que destacan sus dos hijos, uno presenta un cuadro de desnutrición.
«No tengo como darle los alimentos que ella requiere, come solo lo que trae la bolsa (CLAP) y eso le cae mal en el estómago», indica.
Granos, pasta y harina precocida importada es lo que trae la ayuda que esporádicamente entrega el régimen a quienes viven en la popular barriada carabobeña.
Yanetzi recuerda como hace unos años lo que ganaba su esposo alcanzaba para mucho. «Hoy día uno va al mercado y no trae nada, antes uno regresaba full de bolsas», puntualiza.
A la falta de alimentos se le suma el colapso de los servicios públicos. Recibe agua una vez a la semana y los apagones complican el uso de la cocina eléctrica.
La referida encuesta indica que el 82 % de los hogares carabobeños tiene agua de forma irregular. Mientras que un 91 % de los hogares no tiene gas de forma regular. El servicio eléctrico, en el 99 % de los encuestados se interrumpió al menos un día al mes.
«El gas tenemos meses sin verlo y nos dicen que vendrá de nuevo en diciembre», explica la joven, quien cocina en un «caracol» eléctrico que conectó de un poste del alumbrado público.
El OVSAN estima que 2 % de la población carabobeña está en inseguridad severa y 3 % en inseguridad moderada, por lo que un 5 % está en inseguridad. Además, alerta que casi 2 de cada 3 hogares tiene un suministro marginalmente seguro de alimentos, es decir, comen porque sacrifican el resto de sus necesidades, y sólo un 29 % de los hogares son capaces de suplir sus necesidades de alimentación.