La devaluación del bolívar y los precarios sueldos que reciben los jubilados y pensionados, ubica a la población de la tercera edad entre los más afectados a nivel nutricional, detalló Ania Pulido, nutricionista aliada al Observatorio Venezolano de Seguridad Alimentaria y Nutrición OVSAN.
«Mientras los niños están creciendo, los adultos mayores, por ejemplo, están en la parte de pérdida de masa muscular, entonces también si un adulto mayor con la pensión, que es bien precaria, no puede consumir del grupo de las proteínas que afecta directamente sobre la reserva muscular del cuerpo, pues evidentemente esa persona también se vuelve parte de la población vulnerable», dijo.
Explicó que ante una alimentación precaria, el cuerpo comienza a utilizar las reservas biológicas, en principio la grasa corporal y después la masa muscular.
«Lo que sucede es que nuestros abuelos tienen una dieta alta en calorías pero provenientes de los carbohidratos porque estos causan más saciedad, más llenura y lo que están comprado es más harina», dijo.
«No hay equilibrio, porque no hay consumo de proteínas, porque no hay consumo de vegetales y frutas, porque también se volvieron un grupo de los más costosos; antes se le recomendaba a los pacientes comer granos, pero están muy costosos», dijo.
Pulido asegura que la vulnerabilidad nutricional vuelve a ser uno de los puntos más improtante en el primer trimestre del año 2023.