¡Paciencia! La palabra que más necesitamos los venezolanos hoy.
O son los apagones, la falta de agua, gas; o es la cola por gasolina, sino es el internet o cualquier cosa que se nos ocurra en medio de esta actualidad turbulenta.
¿Mandamos a todo y todos al mismísimo cara…? ¡Claro que sí! No, mentira, es solo un chiste. La respuesta es no. Aunque parezca absurdo, insólito e imposible; nos toca armarnos de fuerza, de fe y ponerle un poco de actitud a todo este drama que nos toca vivir en el país.
Vivimos una actualidad turbulenta y cambiante (casi nunca para mejor) en la que lamentablemente es muy sencillo caer es un estado de agresividad, ansiedad y depresión que puede afectar nuestra salud mental y física como resultado de las intensas jornadas en las que una sencilla compra de un par de productos puede ser toda una odisea o un calvario. De ahí que sea importante intentar enfocarnos y buscar la manera de mirar todos desde una mejor perspectiva, no falsamente positivista, pero sí pragmática. Por más oscuridad que podamos ver, siempre hay focos de luz, así sean pequeñas luciérnagas que nos recuerden que todo puede y estará mejor; sea que las situaciones terminen por corregirse o que aprendamos a sobrellevarlas.
Es imperativo, además, conseguir lo que yo suelo llamar “anclas”, sean físicas (puede ser un familiar, amigo o hasta una mascota) o mentales (recuerdos, proyectos, metas, etc.); que nos permita transitar estos senderos oscuros con mejor actitud ante la adversidad.
Las anclas no son más que aquello en lo que podamos aferrarnos y no terminar siendo arrastrados por la marea, en medio de una tormenta que parece no menguar para ninguno de quiénes hacemos vida en Venezuela y si lees esto fuera de las fronteras nacionales, también puede aplicar perfectamente.
Ocupar nuestro tiempo con nuestras anclas en esos momentos de presión extrema, respirar y enfocar nuestra mente puede ser la diferencia entre un día complejo con final feliz o una enfermedad producto del profundo estrés que además puede acosarnos ante tanta calamidad.
Fernando Pinilla
IG/Tw: @fmpinilla
