“Mi mamá estuvo 10 días hospitalizada en uno de los pisos y la mayoría de los exámenes más específicos tuvimos que hacerlos afuera de ahí, porque no había reactivos”, dijo Darían Martínez acerca de la situación del Hospital Victorino Santaella de Los Teques, capital del estado Miranda, donde su mamá fue atendida por una infección urinaria.
Una fuente dentro del centro asistencial señaló que luego de varios meses el hospital decayó en su atención nuevamente, al no contar con métodos de diagnóstico especializados. “Se dañó la máquina de radiología y desde hace bastante tiempo ya no hay tomógrafo”, dijo el especialista, adscrito a un servicio del centro asistencial, quien pidió mantener en reserva su identidad por temor a represalias.
Lo dicho por el especialista coincide con las denuncias recabadas por El Pitazo en el centro de salud, el único hospital de la subregión altomirandina. “No se dispone de todos los laboratorios necesarios para llegar a un diagnóstico oportuno y así tratar de mejor manera la enfermedad del paciente que acude al centro”, dijo Soraya García, una paciente del hospital altomirandino.
La unidad de Rx de este hospital dejó de funcionar hace un par de semanas, por lo que los pacientes están siendo referidos a la maternidad para que se puedan realizar este estudio. El Hospital Victorino Santaella es centro centinela para la atención de pacientes con COVID-19.
Exámenes como Perfil 20, urocultivos, perfiles hormonales y tiroideos, entre otras pruebas de sangre, tampoco los están realizando en el hospital tequeño ante la falta de reactivos y personal.
Aparte, el alto costo de estos exámenes en centros privados hace que los pacientes no puedan recibir un diagnóstico certero. “¿Cómo pago unos análisis que cuestan entre 30 y 40 dólares?”, dijo García al explicar que su hospitalización se extendió más días porque no tenía cómo pagar los exámenes de laboratorio.
PDG