De público solo le quedó el nombre, la salud en Lara dejó de ser gratuita. De manos atadas por querer salvarles la vida a sus pacientes, pero a veces sin las posibilidades económicas para hacerlo, se encuentran familiares de las personas recluidas en el Hospital Central Universitario Antonio María Pineda, centro de salud en el que aseguran que falta hasta lo más mínimo, como por ejemplo una jeringa.
Lorena Rojas | La Prensa de Lara
La falta de insumos médicos, medicinas, agua y servicio de laboratorio, son algunas de las deficiencias que presenta dicho hospital, lo que hace que familiares en una semana tengan que gastar hasta 800 dólares para cubrir las exigencias médicas requeridas para salvar a sus pacientes, monto que varía según la patología que presenten.
Este presupuesto de 800 dólares puede irse en el kit de emergencia que tiene un costo de 30 dólares, el cual debe ser comprado a diario porque consta de insumos básicos como adhesivos, gasas, alcohol, guantes, entre otros; los exámenes de rutina en los que se requieren de al menos 20 dólares al día; medicinas en las que su precio varía según la frecuencia que sea empleado el tratamiento y el comprar agua potable.
Esta cifra es evidenciada en la familia Gómez, que aunque apenas tienen 6 días en el hospital porque su familiar sufrió un ACV, cuentan que fue el sexto día que lograron hacerle todos los exámenes a su paciente, los cuales constan de una tomografía, además de rayos X y exámenes de sangre en los que gastaron 140 dólares.
«No teníamos el dinero, pero diariamente íbamos a preguntar para estar seguros. La sorpresa es que siempre aumentaba el costo, primero eran $100, luego $110 y así, hasta que se los hicimos en $140, el doctor nos pidió volverlos a repetir, pero ahora no tenemos dinero», dijo María Gómez.
Aunque los familiares han resuelto haciendo recolectas y vendimias, la situación no es similar para todos, hay algunos que no tienen ni siquiera para costear una hematología completa.
Tal es el caso de Doris Caruci, quien aseguró sentirse acorralada desde hace un semana, al vivir unos días muy duros por no tener los medios económicos para ayudar a sus dos hijos que se encuentran recluidos en el hospital, una con una fractura en el pie y el otro con un fuerte dolor en la zona lumbar.
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