El papa Francisco aseguró hoy que la cada vez mayor desigualdad en América Latina es «una herida dolorosa», al recibir hoy en el Vaticano a los miembros de la Organización de Universidades Católicas de Latinoamérica y el Caribe (ODUCAL) con motivo de su 70 aniversario.
«Estoy convencido de que la catolicidad de la mente, del corazón y de las manos, promovida por sus universidades y su asociación puede contribuir de manera decisiva a la sanación de las heridas dolorosas que ofenden a nuestra amada América Latina, donde los ricos se vuelven cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres», dijo.
El pontífice se refirió a «la realidad de nuestra América Latina», donde «la pobreza y la desigualdad son una llaga que se profundiza en lugar de aliviarse», recordando que «la pandemia y sus consecuencias, el contexto mundial agravado en lo político, económico y militar, así como la polarización ideológica, parecen cerrar las puertas a los esfuerzos de desarrollo y anhelos de liberación».
«La presente crisis no es solo una oportunidad para constatar el agotamiento de sistemas y modelos económicos, sino que mueve a superar soluciones prejuiciosas como las que alimentan los esquemas de polarización ideológica, emocional, política, de género y de exclusión cultural», añadió citando un texto del Centro para las Investigaciones Sociales Avanzadas (CISAV) sobre la región.
En su discurso a los miembros de la ODUCAL les dijo que su «tarea es contribuir a formar mentes católicas, capaces de observar no sólo el objeto de su interés. Una mirada extremadamente precisa y focalizada puede volverse fija, fijada y excluyente. Tiene la precisión de un radar, pero pierde el panorama. Ser “católico” significa tener una visión panorámica sobre el misterio de Cristo y del mundo, sobre el misterio del hombre y de la mujer».
«Necesitamos mentes, corazones, manos a la altura del panorama de la realidad», insistió.
Y les instó a «alimentar el fuego encendido por Dios en América Latina», en lo que «ayudará también el Pacto Educativo Global, que he confiado a la entonces Congregación para la Educación Católica y ahora al nuevo Dicasterio para la Cultura y la Educación».
Se trata de una iniciativa «no sólo educativa, sino también cultural», que «contribuirá de manera significativa» a la misión de la universidad de «formar poetas sociales, hombres y mujeres que, aprendiendo bien la gramática y el vocabulario de la humanidad, tienen chispa, el destello que permite imaginar lo inédito», hacer «exploradores del futuro» y «preparar coreógrafos sociales».
La ODUCAL, que está integrada por 115 universidades, lo que representa actualmente a 1,5 millones de alumnos, más de 110.000 profesores y de 5.000 programas académicos de diferentes niveles, es la organización más numerosa dentro de la Federación Internacional de Universidades Católicas (FIUC).