El número de presuntos miembros de una secta cristiana que ayunaron hasta morir en el sur de Kenia para encontrarse con Jesucristo ha aumentado a 145, informó la Policía, mientras continúan las excavaciones en busca de más cadáveres en un bosque.
«Las exhumaciones continúan y no podemos decir ahora mismo cuántas tumbas han sido abiertas hasta el momento», dijo este miércoles en declaraciones recogidas hoy por medios locales la comisionada regional de policía de la Costa keniana, Rhoda Onyancha.
Onyancha señaló también que 70 personas han sido rescatadas con vida hasta la fecha en el bosque de Shakahola, en el costero condado de Kilifi, donde sucedieron los hechos.
«Los rescatados están entre los que han sido ingresados en hospitales y otros que están recibiendo apoyo psicosocial», señaló la agente, al detallar que 579 familias han registrado hasta el momento seres queridos desaparecidos, aunque no está claro que todos los casos estén relacionados con esta secta.
Casi todos los muertos de la llamada «masacre de Shakahola» han sido exhumados de tumbas y fosas comunes halladas en ese bosque, a excepción de unos pocos que murieron en el hospital por su estado grave.
Las autopsias de más de un centenar de cuerpos evidenciaron que, si bien todos mostraban signos de inanición, los cadáveres de al menos tres menores y un adulto tenían también rastros de estrangulación y asfixia, mientras las primeras investigaciones de la Policía apuntan a que los fieles eran forzados a seguir con el ayuno aunque quisieran abandonarlo.
Este miércoles, el tribunal de Shanzu, en la ciudad costera de Mombasa, ordenó extender durante treinta días (iniciando el recuento el pasado 3 de mayo) la detención del líder de la secta que presuntamente persuadió a las víctimas para ayunar, el pastor Paul Mackenzie Nthenge, junto con su mujer y otros 16 sospechosos.
El pasado 2 de mayo, Nthenge y los otros detenidos fueron puestos en libertad por el tribunal de la turística ciudad costera de Malindi, después de que la Fiscalía manifestara su intención de formular cargos de terrorismo contra ellos, algo para lo que esa corte se declaró incompetente.