La cumbre sobre Venezuela tuvo un resultado agridulce. La reunión, convocada por el presidente Gustavo Petro sucedió en medio de la polémica por la expulsión de Guaidó del territorio mientras decenas de delegatarios internacionales intentaban, en Bogotá, darle futuro a la negociación de la oposición con el régimen de Nicolás Maduro.
Por SEMANA
El presidente Gustavo Petro, consciente de esa dualidad, aseguró que al lado de las grandes expectativas y esperanzas también se pueden generar grandes decepciones, por lo que señaló que todo este proceso debe hacerse con responsabilidad.
El decano de relaciones internacionales y excanciller Julio Londoño Paredes analizó la reunión para SEMANA. Esta es su visión de lo que pasó y lo que viene:
“Petro en los últimos días ha incursionado en temas de política exterior, que han girado fundamentalmente alrededor de Venezuela. En la entrevista con Biden, el mandatario colombiano trató el tema y había convocado una reunión internacional que se celebró en Bogotá sobre la situación en ese país. En el encuentro, hubo más expectativas que resultados prácticos y las cosas parecen estar colocadas en la misma situación.
La reunión en Bogotá tuvo la extraña característica de que fue una negociación entre los Estados Unidos y el Gobierno venezolano, pero una de las partes no estuvo presente.
Se había creado la expectativa de que se podría lograr la reanudación de las negociaciones que entre el Gobierno y la oposición que se venían celebrando en México y de las que se retiraron los delegados de Maduro en el 2022, al no haberse dado el descongelamiento de tres mil millones de dólares que estarían destinados a un llamado “Fondo Fiduciario Único” para la inversión social en Venezuela, como habían acordado las partes. Lo que pasa es que no es la oposición venezolana la que tiene el control de dichos fondos, sino principalmente los Estados Unidos.
Desde Caracas, Maduro en una de sus peroratas había señalado tajantemente unas condiciones para reintegrarse a la negociación, entre ellas el descongelamiento de los tres mil millones. Para no hablar de otras que resultaban aún más complejas.
Después de la reunión de Bogotá, el Gobierno venezolano expidió un comunicado en el que reiteró la posición ya expresada por Maduro. Por lo tanto, si este es coherente, no habrá negociaciones hasta tanto los Estados Unidos, no descongelen al menos esa suma para el fondo fiduciario.
Lea más en SEMANA