Un centenar de personas, muchos de ellos venezolanos, partidarios y detractores del presidente Nicolás Maduro, se criticaron mutuamente hoy en Santiago frente a la embajada de Venezuela en Chile, mientras Carabineros ponía paz de por medio para que ningún grupo pudiera acceder al otro.
Todo ello, en el marco de la investidura este jueves en Caracas de Maduro por un nuevo mandato presidencial de seis años.
Esta imagen que se produjo en la capital chilena es una muestra más de la división que existe en Venezuela y en el resto del mundo con respecto a esta nueva asunción del mandatario venezolano, criticada por numerosos países de Suramérica, la Organización de Estados Americanos (OEA) e incluso la Unión Europea (UE).
De un lado de la calle, junto a la puerta de la sede diplomática de Venezuela, partidarios de Maduro, muchos de ellos chilenos, también algún colombiano y algún venezolano, portando banderas del país petrolero y cercados en la acera por Carabineros (Policía militarizada).
Del otro lado, también cercados por las fuerzas de seguridad chilenas, un número similar de manifestantes contrarios a la investidura del mandatario venezolano, también con banderas del país caribeño.
Unos y otros, separados por unos cinco metros de calle custodiado desde la mañana por la Policía para que ninguno de los dos grupos accediera al lugar donde se encontraban los otros.
Sin embargo, pese a la distancia separatoria, los improperios y las críticas volaban de una vereda a la otra cada tanto, lo mismo que proclamas a favor y en contra de Maduro.
Aunque la situación no fue más allá de las difamaciones cruzando la calle, Carabineros desplegó en las inmediaciones un grupo de Fuerzas Especiales, un carro lanza-agua, conocido popularmente como «Guanaco», y dos carros lanza-gases lacrimógenos.
Entre las proclamas del bando favorable a Maduro, «6 años +» o «Chávez vive, Maduro sigue, la revolución continúa» decían algunos de los carteles presentes.
Enfrente, «No eres presidente» o «Dictador, narco y asesino» eran frases que se leían en los letreros que portaban los contrarios al presidente venezolano.
Mientras los venezolanos protestaban en la embajada de Venezuela, el Gobierno de Chile criticó la asunción de Maduro, en voz del presidente Sebastián Piñera, quien negó la legitimad del recién asumido Gobierno del país caribeño.
«Chile no reconoce la legitimidad del régimen de Nicolás Maduro, que llega al poder de forma ilegítima, como resultado de una elección que no cumplió los requisitos mínimos y necesarios para ser una elección libre, democrática, transparente y con la presencia de observadores internacionales», destacó el Gobierno en un comunicado firmado por el presidente.
En ese contexto, el mandatario chileno, a quien Maduro calificó en la víspera de «pichón de (Augusto) Pinochet», pide «que se respete la integridad, autonomía e independencia del Tribunal Supremo de Justicia», que a su juicio «es un camino para recuperar el Estado de derecho en Venezuela».
Asimismo, en dicho texto se invocó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a «abordar» la crisis que vive ese país.
«Necesitamos con urgencia el apoyo del sistema multilateral, especialmente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que debe abordar la crisis que afecta a Venezuela», señaló el presidente chileno.
Piñera emitió la declaración unas horas después que su canciller, Roberto Ampuero, afirmara en una rueda de prensa que hoy es un «día negro» para la democracia en Venezuela, debido a la nueva investidura presidencial de Nicolás Maduro. EFE