La producción de Venezuela sigue estancada. Las cifras más recientes reportadas por la Organización de Países Exportadores de Petróleos (OPEP) muestran que la extracción promedió a 679.000 barriles diarios (B/D) en octubre, solo 9.000 barriles por encima de los 670.000 que se bombearon en septiembre, e inferior a los promedios del primer y segundo trimestres de este año.
De acuerdo con la información suministrada por el Ministerio de Petróleo de Venezuela a la OPEP, la producción nacional de crudo se ubicó en 717.000 barriles diarios, 51.000 barriles BD más que en septiembre e igualmente inferior a los datos registrados en los primeros dos cuartos de 2022.
Evidentemente, ya está claro que la ansiada meta de producir un promedio de 1 millón de barriles diarios parece prácticamente inalcanzable, porque además se están produciendo noticias preocupantes sobre salidas de los socios internacionales que quedan y aún no hay un acuerdo claro sobre una posible flexibilización de las sanciones estadounidenses contra PDVSA.
A pesar del estancamiento, este año terminará con una mejora sustantiva del bombeo de crudo en comparación con las producciones promedio de 512.000 y 555.000 barriles por día de 2020 y 2021, respectivamente, según las fuentes secundarias de la OPEP.
La pérdida
En un mercado bajista, el precio del crudo Merey de 16 grados API se cotizó a un promedio de 71,56 dólares por barril en octubre, un descenso de 2,9% en comparación con septiembre. En lo que va de 2022, el precio promedio es de 79,82 dólares, 50,4% superior a los 50,08 dólares de 2021.
Sin embargo, por las sanciones y otros problemas logísticos, Venezuela debe colocar su crudo, básicamente en Asia, con fuertes descuentos que algunos expertos estiman entre 25 y 30 dólares por barril.
El crudo mezclado Merey es, de hecho, el de menor valor de la cesta OPEP, que promedió 93,62 dólares en octubre, 22,06 dólares por encima de la cotización del Merey venezolano.
La incógnita
Un elemento preocupante de las cifras de la OPEP es el descenso prolongado de las plataformas de perforación activas en los yacimientos venezolanos.
La organización registraba 25 «taladros» activos en el país durante 2019, un número que descendió a 15 al cierre del año 20. En 2021 ocurre el derrumbe a solo 6 plataformas en operación y en lo que va de año el total de «taladros» activos apenas alcanza a 3.
Esto significa que la actividad exploratoria ha llegado a una práctica paralización, lo que conspira contra cualquier tentativa de incrementar la producción en el futuro, incluso si se produce el ansiado relajamiento de las sanciones.