En el pasado, Petrocaribe fue un programa innovador que estrechó los lazos de cooperación energética entre Venezuela y los países del Caribe y Centroamérica. Desde sus inicios en 2005, esta iniciativa brindó una oportunidad única para que países como Haití, República Dominicana, Nicaragua, Jamaica y otros más adquirieran petróleo venezolano y productos refinados con condiciones de pago preferenciales.
Durante sus años de funcionamiento, Petrocaribe alcanzó un máximo de 274.000 barriles diarios exportados en 2012, según datos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Bajo el acuerdo, estos países podían pagar la totalidad del petróleo de contado o con una primera cuota al momento de la entrega y el resto financiado a bajas tasas de interés. Esto proporcionó un alivio significativo para las economías de las naciones receptoras, especialmente aquellas que enfrentaban serias dificultades financieras.
Dada la crisis económica venezolana, Petrocaribe enfrenta desafíos que dificultan su relanzamiento. La disminución en la producción y refinación de petróleo en Venezuela impide satisfacer las demandas del mercado caribeño.
Además, las sanciones impuestas por Estados Unidos han limitado el acceso de Venezuela a los mercados internacionales, afectando nuestras exportaciones petroleras y dificultando la reactivación de Petrocaribe en su forma original.
Reactivación de Petrocaribe
A pesar de los obstáculos, Venezuela busca revitalizar este programa, quizás bajo otras condiciones financieras, ya que al ser el Caribe un mercado cercano desde el punto de vista logístico y menos sensible a las sanciones americanas resulta una buena oportunidad de comercialización para Pdvsa con precios más convenientes que el que obtenemos en los países asiáticos, nuestros principales clientes después de las sanciones.
Por otro lado, la apertura de Pdvsa a firmar alianzas para explotar gas natural venezolano con empresas internacionales como ENI, Repsol y Shell, así como empresas de Trinidad y Tobago, podría erigirse como una interesante fuente de ingresos para el país en el futuro mediato.
Venezuela tiene las octavas reservas probadas de gas natural del mundo, alrededor de 200.3 billones de pies cúbicos según datos de la OPEP. Sin duda su explotación podría abrir nuevas oportunidades para la exportación y el fortalecimiento de la posición energética de Venezuela en la región.
El gobierno nacional busca alcanzar una producción de un millón de barriles por día para fines de 2023 y aumentar a 1.76 millones de barriles diarios en 2024. De ser cumplidas las metas petroleras, sin duda veremos una significativa activación económica nacional, lo que nos conviene a todos los venezolanos, especialmente a aquellos en situación social de mayor vulnerabilidad.
Como hemos dicho otras veces, el consumo interno de petroleo se encuentra en torno a los 350 mil barriles por día, cualquier excedente en la producción tiene como destino la exportación y se traduciría en ingresos directos para la nación que permerían a la economía nacional.
Por ello, independientemente de nuestra postura política, debemos promover activamente el levantamiento de las sanciones y apostar por la recuperación de Pdvsa, pensando en el bienestar del colectivo nacional.
Un adecuado y transparente manejo de Petrocaribe y de los nuevos acuerdos para la explotación gasífera representa muy buenas oportunidades para el desarrollo del sector energético nacional.
Por afirmar esto en foros públicos, frecuentemente nos tildan de chavistas a lo que siempre respondemos que somos venezolanos y, ante todo, nacionalistas.
Oscar Doval
