Un mes sin recibir «ni una gota de agua» contabilizan este sábado los habitantes de la parroquia Cecilo Acosta del Municipio Guaicaipuro, especialmente en las poblaciones de San José y San Diego así como Cortada del Guayabo.
El viernes, el gerente de Hidrocapital de la regional altomirandina, admitió que mantenía una «deuda» con esta zona a la que según por fallas en el acueducto no habían podido bombear.
«La empresa encargada del suministro señala constantemente que mañana es el anhelado día de la llegada del líquido, pero no llega, no llega nunca. Es una tortura lo que se padecen. No es posible soportar tanto descuido, donde las tuberías parecen un lejano adorno, un triste recuerdo de un pasado cuando en lugar de llaves cerradas hubo agua para lavar, para bañarse, para limpiar, para cocinar y fregar los platos, para todas las necesidades humanas», reseñó William Anseume, coordinador municipal de Vente Venezuela en Guaicaipuro.
No puede ser, – continuó diciendo el dirigente político- que la gente de Cecilio Acosta espere más confiada en la llegada de las lluvias que pudieran resultar salvadoras, que en la civilizada agua por las tuberías. Y así ocurre con todo el municipio.
La desidia y la mala intención, más los intereses económicos ahora, de traer absurdamente agua importada para vender en cisternas, han convertido el grave problema nacional del agua en una mercadería más en dólares, como la gasolina.
«Es una, otra, vergüenza nacional de un régimen que se despreocupó hace tiempo de la atención de las necesidades más elementales de los ciudadanos, como comer, vestirse, trabajar, educarse. Han destruido todo lo que antes era sistemático y normal en su funcionamiento. Por la tubería de los distintos pueblos y sectores de Cecilio Acosta ya no sale ni aire», reseñó.
Asegurar que a esta situación hay que darle un revolcón para que realmente los ciudadanos y no el poder, para la burla descarada y el enriquecimiento ilegal de los funcionarios públicos que no responden ante tanta calamidad, sea el centro primordial de la atención y de los planes. «Me uno abiertamente al clamor de agua para Cecilio Acosta. Agua para Guaicaipuro».
Redacción El Tequeño
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