El pescado es el único componente de la dieta de los seres humanos que sigue capturándose a gran escala. Esto, a pesar de que ha pasado tiempo desde que el hombre vivía de la caza. Pero, ¿cuáles son sus beneficios para la salud?
Desde hace décadas, la industria de las piscifactorías representa una proporción considerable del pescado que comemos en distintas formas, ya sea en palitos, platos precocinados o en conserva. Así lo reseñó Cocina y Vino.
De acuerdo con la revista gastronómica, el pescado fresco muy perecedero, sobre todo el azul. El medio señaló que lo único que hace falta es tener sentido común y consumirlo más para tener buena salud.
Se trata de un alimento rico en proteínas y minerales, y el de agua salada es valioso por su yodo. En todos hay vitamina B y los azules contienen vitaminas A, D y E, aparte de ácidos grasos esenciales como omega-3.
Las mejores formas de prepararlo son asado, al vapor, a la parrilla o la plancha, con poco aceite. Estos métodos reducen al mínimo la pérdida de sustancias nutritivas.
Diferencias del pescado azul y blanco
- Pescado azul: En esta categoría están el mero, el pargo, el carite, el salmón, la trucha, el atún, los arenques, los boquerones o anchoas, las sardinas, los jureles, los espadines y las anguilas. Todos tienen niveles altos de ácido eicosapentanoéico, uno de los ácidos grasos de la familia omega-3, esenciales para el funcionamiento de las células.
- Pescado blanco: Todos los pescados blancos son parecidos desde el punto de vista nutritivo, ya sean de mar (bacalao, abadejo, merluza, angelote, brema de mar, bagre, corvina, cazón, raya, entre otros) o de agua dulce (lucio, perca, etcétera). Estos no contienen grasa, pocas calorías y muchas proteínas. Sí tiene vitaminas B, pero poco hierro. Por ejemplo, el halibut puede aportar vitamina A, el pescado blanco no aporta en sí vitaminas liposolubles.
Por Luis Villapol