Edmundo González Urrutia forma parte de la enorme diáspora venezolana. Con su decisión de exilarse en España, el candidato opositor en las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio no solo se ha unido a los 7,7 millones de venezolanos que han dejado su país, sino también a los 1,5 millones que han obtenido la condición de asilado o refugiado en otras naciones, de acuerdo con cifras del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Por BBC MUNDO
La salida de González Urrutia se produjo luego de que un tribunal antiterrorista ordenara su arresto a principios de la semana pasada por negarse a comparecer ante la Fiscalía, organismo que había anunciado sus intenciones de procesarlo por participar en la operación que permitió a la oposición difundir, en una página web, 80% de las actas de escrutinios de los comicios.
La oposición asegura que el diplomático de 75 años fue el ganador de las elecciones. No obstante, a pesar de estas evidencias, el Consejo Nacional Electoral (CNE), primero, y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), después, declararon como vencedor al aspirante a la reelección, Nicolás Maduro, en una decisión cuestionada por la comunidad internacional.
Según las autoridades españolas, González Urrutia fue quien solicitó marcharse del país.
“Le dije que si él quería continuar en Venezuela podía seguir en la residencia del embajador de España tanto como quisiera”, aseguró este lunes el ministro español de Exteriores, José Miguel Albares, quien negó cualquier “negociación política” con las autoridades venezolanas.
Una versión que la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, refutó.
“Amplias conversaciones y contactos tuvieron lugar para operativizar la partida del opositor González Urrutia del país con las plenas garantías que ofrece un salvoconducto, producto del acuerdo entre ambos gobiernos”, escribió la segunda al mando de Maduro en su canal de Telegram.
La historia y la sangre
Con el arribo de González Urrutia también crece el número de dirigentes opositores que en el último lustro han terminado siendo acogidos en el país europeo.
Hasta la llegada del abanderado presidencial, en tierras ibéricas ya estaban más de una docena de políticos antichavistas. Entre los más connotados están el exalcalde de Chacao Leopoldo López, el exalcalde metropolitano de Caracas Antonio Ledezma, el expresidente del Parlamento Julio Borges, la diputada Dinorah Figuera y el activista Lorent Saleh.
Pero no solo opositores han conseguido la protección de Madrid, sino también exaltos jerarcas chavistas como el exministro del Interior Miguel Rodríguez Torres, la exdefensora del Pueblo Gabriela Ramírez o la exfiscal general Luisa Ortega Díaz.
Pero ¿por qué han elegido España?
“Porque es un país con la misma lengua, la misma religión y una cultura similar, por lo que somos muy próximos y también por la emigración española que hubo a Venezuela a mediados del siglo XX, la cual ha hecho que muchos venezolanos tengan una que otra conexión familiar o afectiva con España”, le explicó a BBC Mundo el profesor Jorge Rodríguez Virgili, profesor de Comunicación Política de la Universidad de Navarra (España).
En similares términos se pronunció el abogado experto en derecho internacional Mariano de Alba, para quien los “estrechos lazos históricos y culturales” explican por qué hoy hay una gran comunidad venezolana en España, la cual a su vez ha facilitado el desembarco de políticos opositores.
“Muchos de los opositores que se han exiliado en España lo han hecho fundamentalmente porque miembros de su familia ya estaban residiendo allí. Ese fue el caso de López y es el caso ahora de González Urrutia, que tiene una hija viviendo en Madrid desde hace muchos años”, agregó.
Para el segundo semestre de 2022 se estimaba que 251.961 venezolanos residían en España, según el Instituto Nacional de Estadísticas de ese país (INE). La cifra no incluye a aquellos que tienen nacionalidad española por ser descendientes de emigrantes de ese país.
Lea más aquí