El venezolano Orlando Maldonado de 26 años llegó a México un mes después de salir de Panamá con la intención de llegar a Estados Unidos a encontrarse con su hermano. Su sueño se detuvo la madrugada del martes en el centro migratorio del Instituto Nacional de Migración (INM) de Ciudad Juárez, donde murió junto a decenas de otros migrantes. Ahora, su familia exige respuestas.
“Lo ideal sería que nos dieran una respuesta, ¿qué pasó? ¿por qué no abrieron las puertas? ¿por qué no les dieron salida? Son personas. Son humanos”, dijo Génesis Chacón, prima de Maldonado, en una entrevista telefónica con la Voz de América.
Chacón hacía referencia al video que mostró el incendio en el interior del centro migratorio, donde se evidenció que los guardias de seguridad no abrieron las puertas donde se encontraban recluidas las personas.
La prima de Maldonado contó que la última comunicación que tuvo la familia con el joven fue el sábado antes del incendio, según contó, los padres del joven residen en San Cristóbal, una ciudad occidental de Venezuela y “aún no procesan lo que ocurrió”.
“Nosotros no teníamos ni idea que él estaba ahí. Veíamos los videos, simplemente pensábamos: Dios mío, ¡pobre gente!, pero nunca pensamos que era un familiar de nosotros que estaba pasando por eso”, agregó Chacón.
La mujer, que reside en Chile, suplicó a los gobierno de México y Venezuela apoyar en el proceso de repatriar el cuerpo de su primo. Esta no es la primera vez que un migrante allegado a Chacón moría de manera súbita. “La primera fue mi papá, que murió aquí en Chile, murió atropellado, y está es la segunda noticia de un familiar muerto”.
Otras familias aún no logran descifrar si su ser querido falleció en el incendio o está herido en el hospital. Es el caso de Margarita Portillo, una mujer de 77 años residente del municipio de San Julián en El Salvador cuyo hijo se encontraba en el INM durante el incendio.
“Por ahí están poniendo que está muerto pero no es cierto. La niña, su hija, dice que su papá está hospitalizado”, dijo Portillo. Su hijo, Amilcar Solórzano, se encuentra en la lista de heridos, sin embargo, la el gobierno nacional aún no le ha confirmado el estado del hombre.
Leticia Solórzano, hermana del afectado, contó a VOA que se fue hace un poco más de un mes con su hija de 21 años con destino a EEUU, con la intención de recolectar dinero para tratamientos médicos de la joven.
“Que se haga justicia, es injusto lo que les han hecho (…) Yo veo que están ahí sofocados, abriendo hasta a patadas los portones y no llegaron a sacarlos en el momento en que pidieron el auxilio”, dijo Solórzano.
La hija del afectado sobrevivió el incendio y aseguró que su padre se encuentra en el hospital, sin embargo, no logró confirmar su estado actual.
Su familia pidió al gobierno salvadoreño que le apoye en regresar a Solórzano con vida al país. “Pedimos ayuda para auxiliarlos a ellos porque aquí está cara la vida”, agregó Portillo.
A unos 20 kilómetros, en el municipio de Sonzacate, Vilma Esthela Gutierrez vive la angustia de haber perdido a un familiar en el incendio. Carlos Pacheco y su sobrino Marvin García emprendieron el viaje de forma ilegal hace apenas 15 días.
Gutiérrez recibió una llamada de la cancillería salvadoreña que le confirmó que su hijo murió en el incendio. “Qué ingratitud lo que hicieron. Dejarme con este dolor no es fácil”, agregó.
Pacheco dejó a una hija de 16 años que se niega a creer la muerte de su padre. “Puede ser una equivocación y pues él está vivo, porque mi corazón de hija no me da eso que él esté muerto”.