Posible radicalización del CNE abre sombríos escenarios para la negociación política y las elecciones presidenciales de 2024

Redaccion El Tequeno

Una nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) será nombrado en Venezuela por el Parlamento -controlado por el chavismo gobernante- tras la renuncia de la directiva actual, que abre paso, según analistas, a una radicalización del organismo de cara a las presidenciales de 2024.

Por BANCA Y NEGOCIOS

«De esta Asamblea Nacional, cumpliendo los lapsos establecidos, debe salir de manera urgente la conformación del nuevo Consejo Nacional Electoral», dijo en sesión legislativa el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez.

El actual directorio de cinco rectores del CNE fue nombrado en 2021 producto de una negociación política bien recibida por la comunidad internacional.

Esa designación vino tras denuncias de fraude que llevaron a desconocimientos de la reelección del presidente socialista Nicolás Maduro en 2018 y el triunfo del chavismo en los comicios legislativos de 2020, dos procesos boicoteados por los mayores partidos de oposición.

Dos de esos rectores, el presidente Pedro Calzadilla y Alexis Corredor, cercanos al chavismo, anunciaron sus renuncias. La tercera ficha oficialista en la mesa, Tania D’Amelio, había dejado su cargo en abril de 2022 para convertirse en magistrada del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).

Los otros dos rectores, Roberto Picón y Enrique Márquez, vinculados con la oposición, no renunciaron. No obstante, Rodríguez planteó elegir en el Parlamento a «cinco nuevos rectores principales y diez suplentes».

El actual organismo electoral había logrado cierta confianza en la comunidad internacional que cuestiona la presidencia de Nicolás Maduro, aunque muchos países han pasado del desconocimiento de la legitimidad de su elección a un reconocimiento condicionado precisamente a la realización de próximos procesos comiciales con transparencia, equidad y respeto por los resultados.

El Gobierno y el liderazgo chavista han negado sistemáticamente acusaciones de supuestos vicios en los procesos comiciales. Ahora, con la decisión de renovar el CNE justo a las puertas de unas presidenciales que podrían facilitar, por ejemplo, una negociación más abierta con Estados Unidos con la idea de generar un cronograma de levantamiento de sanciones, parece que podría alejarse esa posibilidad.

CNE: Se buscan caras más subordinadas

Calzadilla alegó que la decisión de poner a la orden los cargos buscaba la designación de un CNE que represente «consenso», según un comunicado que leyó ante la prensa.

«No hay una articulación entre los rectores actuales y el gobierno nacional. El gobierno necesita caras que sean un poco más leales, más subordinadas, a las decisiones del poder ejecutivo», dijo a la AFP el consultor y analista político Pablo Andrés Quintero.

Sectores disidentes de la oposición tradicional, acusados de favorecer al chavismo, buscarán tener representación en ese nuevo CNE, que será responsable de organizar las elecciones presidenciales de 2024, aún sin fecha y en las que Maduro buscará un nuevo mandato de seis años.

¿Un CNE para preparar el adelanto electoral?

La fecha de los comicios presidenciales es un tema relevante, porque el presidente Nicolás Maduro y el primer vicepresidente del PSUV y también diputado, Diosdado Cabello, han sugerido la idea de adelantar el proceso. Hay hipótesis, pero lo más probable es que, como muy pronto, la presidencial se realice al final del primer trimestre de 2024, porque no habría tiempo para moverlas a este año.

También ha surgido la idea de hacer una «megaelección» que adelante también las próximas parlamentarias, regionales y municipales, pero esto parece poco probable, por ahora.

La «urgencia» planteada por Rodríguez abona la tesis del adelanto de la elección presidencial, lo que comprometería el proceso de elección de un candidato «unitario» de la oposición, aunque parece claro que van a concurrir más de un aspirante de ese sector, vista la división prácticamente insalvable que existe en el antichavismo.

La Asamblea Nacional nombró una comisión para iniciar el proceso de postulaciones para el CNE, en la cual figura Cilia Flores, la esposa de Maduro.

«Promover abstención»

El CNE saliente organizó las elecciones regionales de noviembre de 2021, en las que la Unión Europea, que acudió como observador por primera vez en 15 años, reportó irregularidades a pesar de encontrar «mejores condiciones».

El chavismo ganó la mayoría de las alcaldías y gobernaciones, aunque perdió el estado Barinas, región natal del expresidente Hugo Chávez (1999-2013), que gobernaba su familia desde que el fallecido líder llegó al poder.

La elección fue repetida por orden judicial y un mes después volvió a ganar la oposición.

Tras años de denuncias contra el CNE por favorecer al gobierno, la oposición pidió asistencia técnica al ente para organizar sus elecciones internas, el 22 de octubre, en las que buscan elegir al rival de Maduro en 2024. Hubo, sin embargo, resistencia de algunos actores a esa decisión.

La politóloga Ana Milagros Parra estimó que la decisión de cambiar las autoridades electorales busca «dilatar el proceso de las primarias y dividir más a la opinión pública».

«Forma parte de la idea de desmoralizar a la gente, promover un escenario de abstención, de desilusión frente a la idea del voto, un poco para trabajar esa percepción de que no vale la pena votar porque el gobierno prácticamente hace lo que le da la gana», coincidió a su vez Quintero.

La comisión que organiza las primarias opositoras «se ha declarado en sesión permanente para analizar los acontecimientos», dijo su presidente, Jesús María Casal. «Nosotros seguimos adelante con la elección primaria, como siempre hemos dicho».

La exdiputada Tamara Adrián, que inscribió este jueves su candidatura al proceso interno, dijo que la decisión de cambiar el CNE busca «implosionar la primaria».

«El juego que (en el chavismo) quieren jugar es el juego de múltiples candidatos (opositores) contra un solo candidato», dijo a periodistas la primera mujer trans en buscar la presidencia de este país conservador.

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