Pranes, guerrilla y militares acaban con la selva tropical venezolana, denuncia Américo de Grazia

Redaccion El Tequeno

“Saquear todo el territorio nacional y devastar la selva tropical”. Esa es la meta de las acciones llevadas a cabo en el Arco Minero del Orinoco, según el diputado a la Asamblea Nacional (AN), Américo De Grazia. Tras casi cuatro años de su creación por decreto en febrero de 2016, las operaciones en esas zonas ya abarcan el 50% del territorio nacional, causan daños ambientales irreparables y es controlado por la guerrilla, el pranatocolectivos y el Ejército nacional.

Estas denuncias se han hecho constantes por parte del parlamentario, quien debió abandonar Venezuela el pasado 30 de noviembre por sus advertencias sobre las actividades ilícitas auspiciadas por el propio Estado. Desde Madrid, capital de España, conversó con Efecto Cocuyo sobre sus responsabilidades en el exilio y las acusaciones que busca promover para mostrar las consecuencias del Arco Minero a la opinión pública internacional.

Si bien los permisos mineros comenzaron con algunos decretos durante el mandato de Hugo Chávez, la explotación se extendió desde el 12% al 50% del territorio nacional, aseguró de Grazia. “Es un espacio mayor a toda la extensión de PortugalCuba e Italia“, dijo.

Allí, en esa superficie que originalmente sería de 111.840 kilómetros cuadrados, abarca ahora la totalidad de los estados Bolívar, Amazonas y Delta Amacuro. En él, de acuerdo con el parlamentario, operan tres importantes grupos terroristas: el Ejército de Liberación Nacional (ELN), los disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y Hezbolá. Además de los colectivos chavistas, los pranes de las cárceles y los militares.

En ese período la ONG SOS Orinoco contabiliza 1.900 minas ilegales que, en total, han destruido una extensión de 11.000 kilómetros cuadrados de la selva tropical amazónica. Esos yacimientos son controlados enteramente por militares venezolanos que, apoyados por los pranes, se terminan haciendo con toda la extracción mineral en la zona.

“Todos los militares venezolanos son cómplices del Arco Minero. Se adueñan de las minas pero no la operan, sino el pran o el ELN, para luego reportarle al militar dueño”, sentencia el diputado.

Destrucción ambiental y desplazamiento forzado de indígenas

De distintas culturas, pero con un elemento en común: 23 etnias indígenas resultan afectadas directamente por las actividades del Arco Minero y su devastación de la selva tropical. Envenenamiento, enfermedades, amedrentamiento y asesinatos son las principales razones que han obligado a estas poblaciones a dejar su territorio natal.

El uso de mercurio para la extracción del oro de la tierra termina en los afluentes del río Orinoco que, a su vez, contaminan las aguas y los recursos pesqueros, detalló De Grazia. Pero esto también influye en la proliferación de mosquitos transmisores de malaria y afecta a las poblaciones más vulnerables, principalmente a las comunidades indígenas.

“Las etnias se perjudican porque le envenenas el agua. Los expones a la malaria, la difteria, el sarampión, el VIH y la hepatitis B”, afirmó. Estas no solo son grandes enfermedades, sino que los grupos indígenas no cuentan con medicamentos para poder contrarrestar sus efectos. Por lo tanto, se ven obligados a desplazarse hacia las grandes ciudades u otro país.

Actualmente, según datos suministrados por el parlamentario, hay una comunidad de más de 3.000 waraos en Manaos, al noroeste de Brasil. En Boa Vista, en el estado Roraima, también en Brasil, se encuentra una comunidad de 600 pemones. Y otra conformada por 900 pemones más en Kumaracapay, en el municipio Gran Sabana, en el estado Bolívar.

“También terminan (las bandas delictivas) recolonizando la zona. Les ofrecen dinero (a los indígenas) por ayudar a extraer el oro, los indígenas colaboran y luego causan una masacre en esa comunidad. Hasta les ofrecen un pran que supuestamente es para apoyarlos. Finalmente el pran se adueña del lugar, y al final los indígenas terminan siendo objeto de desplazamientos”, lamenta de Grazia.

Pérdida de recursos naturales

En todo 2018, el Banco Central de Venezuela (BCV) solo recibió 70 toneladas de oro desde la Corporación Venezolana de Guayana Minerven. Esa cifra solo representa entre el 5% y 10% del total de la explotación de dicho mineral en el país, de acuerdo con el dirigente de la Causa R.

“Entonces, ¿creas ese desastre para que al país solo le ingresen tres días de renta petrolera? El resto se lo quedan ellos”, manifestó.

La cifra es aún peor cuando se evalúa el rendimiento de las extracciones de diamante. “Cero, todo se lo cogen. No hay una empresa que pueda capitalizar el ingreso de diamantes”, alegó De Grazia.

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