Los gobiernos planifican duplicar para 2030 la producción actual de combustibles fósiles, lo que equivale a frenar pisando el acelerador en la carrera para limitar el calentamiento del planeta, advirtió un informe divulgado este miércoles 8 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
Inger Andersen, directora ejecutiva del Pnuma, dijo que “los planes de los gobiernos para ampliar la producción de combustibles fósiles están socavando la transición energética que se necesita para lograr el objetivo de cero emisiones netas y están poniendo en jaque el futuro de la humanidad”.
Cero emisiones netas es un objetivo mundial para que en el año 2050 las emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO2) que genera la producción y el consumo de combustibles fósiles, se reduzcan y se equilibren –nivel cero- con las que son absorbidas por la actividad antropogénica.
Pero el nuevo estudio sobre la brecha de producción de 2023 muestra que los principales productores de combustibles fósiles planifican más extracciones a pesar de sus promesas climáticas, hasta 110 % por encima del nivel requerido para limitar el calentamiento global.
Eso en caso de que se quiera alcanzar el objetivo de que la temperatura media del planeta en 2050 no pase de 1,5 grados centígrados sobre los niveles de la era preindustrial (1850-1900).
Incluso si solo se considera el objetivo de que la temperatura no aumente más de dos grados, los planes de incrementar la producción de petróleo, gas y carbón muestran un exceso de 69 %.
“Los planes de los gobiernos para ampliar la producción de combustibles fósiles están socavando la transición energética que se necesita para lograr el objetivo de cero emisiones netas y están poniendo en jaque el futuro de la humanidad”: Inger Andersen.
El estudio fue elaborado por el Pnuma, el Instituto de Estocolmo para el Medio Ambiente, el canadiense Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible y los grupos de análisis estadounidenses y europeos E3G y Climate Analytics.
El Pnuma destaca que los planes de expandir la producción de combustibles fósiles no son coherentes con las promesas asumidas por 151 gobiernos nacionales para lograr el objetivo de cero emisiones netas.
Asimismo, las estimaciones científicas más recientes sugieren que la demanda mundial de carbón, petróleo y gas alcanzará su punto máximo en esta década (2020-2029), incluso sin tener en cuenta nuevas políticas a favor de la extracción.
Debido a ambos factores, los planes actuales de los gobiernos conducirían a un aumento de la producción mundial de carbón hasta 2030, y de la producción mundial de petróleo y gas al menos hasta 2050, lo que crearía una brecha cada vez mayor en la producción de combustibles fósiles a lo largo del tiempo.
El estudio señala que dados los riesgos e incertidumbres que entrañan la captura y almacenamiento de carbono y la eliminación de CO2, los países deberían aspirar a eliminar casi por completo la producción y el uso de carbón para 2040.
Por otra parte, deberían reducir al menos en 75 % la producción y el uso tanto del gas como del petróleo para 2050 respecto a los niveles de 2020.
Ese año el mundo produjo 4175 millones de toneladas de petróleo crudo (a razón de 88 millones de barriles de 159 litros cada día), 3860 billones (millones de millones) de metros cúbicos de gas, y 7740 millones de toneladas de carbón, según el británico Instituto de Energía.
El informe presenta perfiles detallados de 20 de los países con mayor producción de combustibles fósiles: Alemania, Arabia Saudí, Australia, Brasil, Canadá, China, Colombia, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, India, Indonesia, Kazajistán, Kuwait, México, Nigeria, Noruega, Qatar, Reino Unido, Rusia y Sudáfrica.
Aunque 17 de esos 20 países se han comprometido con el escenario cero emisiones (y muchos han puesto en marcha iniciativas para reducirlas), ninguno se ha comprometido a reducir la producción de carbón, petróleo y gas en consonancia con la meta de limitar el aumento de la temperatura en 1,5 grados.
Por el contrario, los datos de sus perfiles demuestran que la mayoría de estos gobiernos siguen prestando un importante apoyo político y financiero a la producción de combustibles fósiles.
Ploy Achakulwisut, del Instituto de Estocolmo y coautora del informe, dijo que “gran parte de los gobiernos promueven el gas fósil como combustible esencial de ‘transición’, pero sin planes aparentes para abandonarlo más adelante”.
“Ya estamos en vías de producir en esta década 460 % más de carbón, 82 % más de gas y 29 % más de petróleo de lo que sería compatible con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados”, deploró por su parte Angela Picciariello, investigadora en el instituto canadiense copartícipe del estudio.
Para mantener vivo el objetivo de 1,5 grados centígrados “los hallazgos científicos indican que debemos empezar cuanto antes a reducir la producción y el consumo mundial de carbón, petróleo y gas, aumentar las energías limpias, y reducir las emisiones de metano de todas las fuentes”, indicó Achakulwisut.
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, deploró que “los gobiernos están literalmente duplicando la producción de combustibles fósiles, lo que implica el doble de problemas para las personas y el planeta”.
“No podemos hacer frente a la catástrofe climática sin solucionar de raíz su principal causa: la dependencia de los combustibles fósiles”, sentenció Guterres.
En su opinión, la 28 Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), que comienza el 30 de noviembre en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, “debe transmitir un mensaje inequívoco de que a la era de los combustibles fósiles ya se le acabó su chispa, de que su eliminación es inevitable”.
A-E/HM