Han pasado 20 años de los sucesos del 11 de abril de 2002 y aún siguen las dudas sobre esos hechos que enlutaron a los venezolanos. El enfrentamiento entre ciudadanos que fue alimentado por las altas esferas del poder terminó en una matazan en el centro de Caracas.
Una marcha pacífica convocada por sectores de oposición y dirigentes de Pdvsa hasta Chuao, fue desviada hacia el palació de Miraflores para exigir la renuncia del entonces presidente Hugo Chávez.
Previamente, genrentes de Pdvsa había convocado un paro nacional indefinido para exigir el respeto a la meritocracia ante la imposición de una junta directiva politizada y el despido de los trabajadores de la estatal petrolera
Fedecamaras y la CTV se plegaron a la protesta y organizaron un paro con movilizaciones civiles el 9 de abril.
Dos días después, se realizó una gran marcha considerada por muchos como la más grandes hecha en Venezuela. El optimismo por un cambio y la energía positiva de esa mañana se vio fuertemente contrastada por la confusión y la muerte de muchos civiles a medida que se acercaban al palacio de Miraflores.
En medio del caos, Chávez hizo una cadena nacional en horas de la tarde, mientras partidarios del régimen y la oposición se enfrentaban en las calles. Fue en ese momento cuando apareció la famosa imagen de Puente Llaguno, donde partidarios del gobierno disparaban hacia la avenida.
Todo el país fue testigo de ese hecho gracias a los medios televisivos que, en una muestra de valentía, dividieron la pantalla en plena alocución presidencial para mostrar las terribles imágenes.
Minutos después apareció un grupo de altos oficiales de los cuatro componentes militares exigiendo la renuncia de Chávez.
La violencia en la capital se cobró la vida de al menos 19 personas, la mayoría de ellas tuvieron heridas en la cabeza que hacían presumir la existencia de francotiradores en los alrededores de Miraflores.
A finales de la tarde la confusión reinó. Tanquetas del Ejército salieron en los alredederos de Fuerte Tiuna y muchas instalaciones militares estaban en alerta.
En la madrugada del 12 de abril, el entonces ministro de Defensa, Lucas Rincón Romero anunció la renuncia de Chávez. Horas despúes, el presidente de Fedecámaras, Pedro Carmona Estanga, asumió el poder con el apoyo de los militares que un día antes habían solicitado la salida de Chávez.
Pero ese «gobierno de transición» solo duró poco más de 24 horas, pues otro grupo de militares liderados por los generales Raúl Isaías Baduel y Jorge Luis García Carneiro rescataron a Chávez que estaba detenido en La Orchila y lo devolvieron al poder.
¿Vacío de poder o golpe de Estado? Nunca se sabrá a ciencia cierta qué ocurrió ese día. Lo que si es evidente que el 11 de abril marcó el inicio de una división social que destruyó al país y marcó un antes y un despúes en la historia política de Venezuela.