Para muchas personas las pestañas son una obsesión. Solo hay que ver la cantidad de productos, herramientas y tratamientos destinados hoy en día al cuidado y embellecimiento de las pestañas: máscaras con efectos, extensiones de pestañas, tratamientos para el crecimiento, entre otras.
Quizás uno de los recursos más populares hoy en día para el embellecimiento de pestañas son las pestañas postizas, que logran darle mucha intensidad a la mirada, pero luego puede generar problemas que dañen la salud ocular.
De acuerdo con la Academia Americana de Oftalmología (AAO), existen cuatro peligros potenciales al colocar de manera incorrecta las pestañas postizas: pérdida temporal y permanente de las pestañas, conjuntivitis, inflamación de los párpados e infecciones de la córnea y párpados.
Quizás la afección relacionada a este procedimiento estético más conocida sea la conjuntivitis. La conjuntivitis infecciosa es la inflamación de la conjuntiva, causada generalmente por virus o bacterias. Varios tipos de microorganismos pueden infectar la conjuntiva (la membrana que reviste el párpado y cubre la parte blanca del ojo) y siempre será muy contagioso.
El pegamento
Uno de los principales culpables de esta dolencia es el pegamento que se utiliza para colocar las pestañas. Algunos contienen la sustancia química formaldehído, la cual es conocida por causar reacciones alérgicas.
Las extensiones muy largas también pueden causar daños, pues acumulan suciedad y bacterias. Sin embargo, el mayor peligro aparece cuando empieza el círculo vicioso de colocarse pestañas postizas todo el tiempo.
De acuerdo con la revista Medical Daily, esto daña las pestañas naturales. «El peso de utilizar extensiones todo el tiempo puede causar tensión en el folículo del cabello y eventualmente hacer que se caiga y que no vuelva a crecer», le explica a Medical Daily el especialista Robert Dorin. «Lo que te lleva a usarlas es hacer que tus pestañas se vean más abundantes, y en realidad pueden causar el efecto contrario y hacerlas más delgadas», agrega.
Por su parte, algunos expertos señalan que el peor escenario es cuando hay un cambio de la superficie del ojo. Por ejemplo, si las pinzas dañan el ojo durante el procedimiento o si la extensión no está bien adherida, puede haber una infección que en caso de agravarse el paciente puede perder la vista.
Debido a los riesgos que conlleva este tratamiento, en muchos países se ha prohibido colocarlas sin una licencia especial. Por eso, ante cualquier eventual malestar relacionado con las pestañas postizas, lo mejor es acudir cuanto antes con un profesional de la salud.