Vladímir Putin ha comenzado su quinto mandato como presidente de Rusia en una fastuosa ceremonia en el Kremlin, consolidando su poder tras suprimir a sus rivales políticos y desencadenar una guerra devastadora en Ucrania. Putin, en el poder por más de un cuarto de siglo, se mantiene como el líder del Kremlin con más años en el cargo desde Josef Stalin, extendiendo su mandato hasta 2030.
En un acto realizado en el Gran Palacio del Kremlin, Putin juró defender la Constitución ante una audiencia selecta de líderes. Bajo su liderazgo, Rusia ha pasado de la recuperación económica al aislamiento global, con sanciones occidentales y alianzas con regímenes como China, Irán y Corea del Norte.
La incógnita radica en las acciones que tomará Putin, tanto a nivel interno como internacional, durante los próximos seis años. Mientras las fuerzas rusas avanzan en Ucrania, enfrentando escasez de recursos y bajas considerables, Putin busca fortalecer a Rusia en medio de desafíos económicos y militares.
En el ámbito interno, Putin ha reforzado su autoridad, persiguiendo la disidencia y reprimiendo cualquier forma de oposición. La incertidumbre sobre la continuidad de figuras clave como el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, añade un elemento de tensión en un gobierno marcado por la controversia y la represión.
El futuro de Rusia bajo el liderazgo de Putin plantea desafíos significativos, tanto en la esfera doméstica como en el escenario internacional, mientras el país enfrenta una economía militarizada y una creciente hostilidad hacia la disidencia y los derechos humanos.