Qué caracteriza a la actual gestión del CNE, según expertos

Redaccion El Tequeno

La primera reacción de los analistas y expertos ante la designación de Elvis Amoroso como presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE) fue afirmar que el nombramiento del excontralor general de la República —ejecutor de inhabilitaciones políticas contra dirigentes de oposición— buscaba generar desconfianza en la organización de las elecciones presidenciales y la abstención en el electorado opositor, para facilitar la permanencia en el poder del chavismo madurismo.

Críticas similares, aunque no tan marcadas, recibieron sus antecesores, Pedro Calzadilla, exministro de Cultura de Hugo Chávez y afecto al gobierno de Nicolás Maduro y la exmagistrada del Tribunal Supremo de Justicia, Indira Alfonzo, quienes encabezaron los directorios que llevaron adelante las elecciones regionales 2021 y las parlamentarias 2020, desconocidas por la oposición mayoritaria.

Opacidad

La característica que diferencia al directorio que lidera Amoroso de las gestiones anteriores del CNE, incluida la era Tibisay Lucena (2006 al 2020) es, a juicio, de expertos consultados por Efecto Cocuyo, es la poca o nula información que ofrece sobre las decisiones que se toman y la falta de conocimiento del tema electoral.

“A diferencia de Tibisay Lucena que entendía y le gustaba el tema electoral, ni Calzadilla ni Amoroso tienen ese entendimiento. Eso marca en buena medida sus desempeños como presidentes del CNE, en ese sentido eran muy parecidos al esquema de Francisco Carrasquero, cuando presidió el CNE para el referendo revocatorio contra Chávez (2004)”, señaló el periodista especializado en el tema electoral, Eugenio Martínez.

La opacidad que marca la gestión del directorio del CNE, designado por la Asamblea Nacional (AN) con mayoría del chavismo en 2023, va desde las actividades del cronograma hasta no permitir preguntas de la prensa en sus declaraciones.

“A diferencia de todos los anteriores, este es un CNE que se caracteriza por no oficializar sus decisiones, que creo es la peor característica posibles. Es un CNE que a ojos de la opinión pública prácticamente no existe y no informa adecuadamente y por los canales oficiales regulares, las decisiones que toma, el mejor ejemplo es la no publicación del cronograma (presidenciales) en Gaceta Electoral y la ausencia, por ejemplo, de información oficial sobre la renovación de los partidos políticos”, subrayó.

Presidenciales: Qué no comunica el CNE

Desde que se anunciara el 5 de marzo, la convocatoria de las elecciones presidenciales para el 28 de julio, ni el cronograma ni la convocatoria se han publicado en Gaceta Electoral.

Tampoco se conocen los criterios por los cuales el ente comicial aprobó nuevas organizaciones políticas postulantes como el Partido Futuro Venezuela ni Enamórate Venezuela, entre otras, que se adhirieron a la inscripción del gobernante Nicolás Maduro, ni por qué eliminó y luego readmitió la tarjeta de Centrados y Movimiento por Venezuela (MVP) que postulan a Enrique Márquez y Manuel Rosales.

“Si no existe información oficial es muy complejo hacer el seguimiento de las decisiones del CNE, además la ausencia de información oficial facilita que las decisiones se modifiquen sobre la marcha como ocurrió con el caso de los partidos ilegalizados y después readmitidos para la elección” apuntó Martínez, director del portal de información y análisis electoral Votoscopio.

Una fase tan importante como el período de postulaciones de candidaturas establecido entre el 21 y el 25 de marzo, también estuvo marcado por la falta de una explicación oficial del CNE sobre la no admisión de la candidata unitaria de la oposición, designada por María Corina Machado, Corina Yoris y el bloqueo que hasta el último momento sufrieron las tarjetas de la MUD y Un Nuevo Tiempo (UNT) para inscribir nombres, denuncias que tanto Machado como los dirigentes de los partidos mantienen.

El rector Vicente Díaz expresaba públicamente su desacuerdo por decisiones de mayoría del directorio a diferencia de Nogal y Delpino

“Ni Lucena”

“No podemos decir que en gestiones anteriores hubo total imparcialidad, pero en este proceso electoral (presidenciales) hay un claro impedimento para el ejercicio de derechos como los obstáculos para la inscripción y actualización en el Registro Electoral, principalmente fuera del país, y la ausencia de una campaña para informar a la gente dónde están los puntos en Venezuela. Además, que no se permita a la oposición inscribir a la candidatura seleccionada para las presidenciales”, recalcó el exconsultor jurídico del CNE, Celiz Mendoza.

Mencionó que ni Lucena, pese a las múltiples críticas sobre su desempeño al frente del ente comicial, junto a Sandra Oblitas y Tania D´ Amelio, cayeron en tantos “exabruptos” como la actual directiva del CNE, ni llegaron a organizar elecciones en tres o cuatro meses como se hizo con el referendo sobre el Esequibo y las presidenciales de 2024.

Otra diferencia que destaca Mendoza es que Amoroso, en todo momento, resalte que las decisiones se tomen de forma unánime en el directorio, lo que refleja falta de independencia de sus integrantes, incluidos los dos rectores vinculados a la oposición Aimé Nogal (UNT) y Juan Carlos Delpino (AD).

En el directorio encabezado por Lucena fueron notorias las posiciones contrarias expresadas por el rector Vicente Díaz y luego por Luis Emilio Rondón. En la actualidad, ni Nogal ni Delpino dan declaraciones a los medios y los únicos que informan públicamente por el directorio son Amoroso o el vicepresidente Carlos Quintero.

Interferencias

Ninguna decisión que se toma en el CNE perjudica al gobierno y la oposición no tiene la posibilidad de revertirlas por canales institucionales. Otro aspecto que destaca de esta gestión es que voceros políticos externos al CNE emiten opiniones sobre las decisiones que sólo ese poder tiene la potestad de tomar”, señaló.

Mendoza se refirió a que primero la Asamblea Nacional con mayoría del chavismo le lleva una propuesta electoral al CNE y luego el primer vicepresidente del Psuv, Diosdado Cabello, por encima de lo establecido en la Ley Orgánica sobre Procesos Electorales (Lopre) dice que la oposición sólo puede sustituir candidaturas entre los ya inscritos como candidatos entre el 21 y el 25 de marzo.

“No hay condición externa más que la política para impedir que la oposición sustituya su candidatura hasta diez días antes de las elecciones por alguien que no esté inscrito previamente. ¿Si por ejemplo Maduro renunciara a la candidatura, el Psuv no podría sustituirlo? ¿Apoyaría a cualquiera de los candidatos que están?” se preguntó.

También pasó con referendo

El primer evento electoral que tuvo que afrontar el CNE con Amoroso al frente fue el referendo sobre el Esequibo del 3 de diciembre. Tras una jornada caracterizada por la ausencia de colas en los centros de votación de todo el país, el excontralor anunció que se registraron 10.554.320 de votos durante la consulta, sin aclarar si se refería al número de electores o sufragios entre las cinco preguntas del referendo. De ser esto último, analistas estimaron que la participación real fue de alrededor de 2,1 millones de personas.

A la fecha, el ente comicial sigue sin publicar información de la votación por estado, municipio, parroquia, centro de votación y mesas, lo que impide evaluar los resultados. Tampoco hubo información sobre la selección de los integrantes de los organismos subalternos (juntas regionales y municipales) y mesas electorales, ni dicha actividad fue reflejada en el cronograma.

La opacidad registrada en la organización y desarrollo del referendo sobre el Esequibo no ha mejorado de cara a las presidenciales 2024.

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