El nitrato de amonio, un químico altamente reactivo utilizado para fertilizantes y explosivos, ha sido señalado por el Gobierno de Líbano como la causa más probable que explica la brutal explosión que sacudió este martes Beirut y ha provocado una masacre. Alrededor de 2.750 toneladas de esta sustancia llevaban seis años almacenadas en un silo del puerto sin ninguna medida de seguridad.
Las autoridades no han dado aún una versión oficial de qué sucedió pero una fuente de seguridad citada por las agencias y varios medios de comunicación locales han indicado que la deflagración se produjo en un lugar de este almacén donde se realizaba la soldadura de un agujero.
El nitrato de amonio es una sal blanca e inodora utilizada como base de muchos fertilizantes nitrogenados que ha causado varios accidentes industriales desde el siglo XX y es utilizado por grupos terroristas para fabricar explosivos. La detonación solo es posible debido a la contaminación con otras sustancias o con una fuente intensa de calor, ya que no es explosivo por sí mismo. Por lo tanto, el almacenamiento debe seguir las reglas para aislarlo de los líquidos inflamables como la gasolina o el aceite, líquidos corrosivos, sólidos inflamables o incluso sustancias que emiten calor significativo, entre otros artículos prohibidos, según una ficha técnica del Ministerio de Agricultura francés. “Es muy difícil quemarlo. No es fácil detonarlo”, ha declarado a AFP Jimmie Oxley, profesora de química de la Universidad de Rhode Island.
Al utilizarse como fertilizante, los agricultores pueden comprarlo en grandes bolsas, lo que resulta más accesible que otros componentes para fabricar explosivos y facilita que sea una de las sustancias utilizadas por grupos terroristas. Combinado con un combustible, especialmente los derivados más volátiles del petróleo, produce el explosivo conocido como ANFO (siglas en inglés de Ammonium Nitrate Fuel Oil). Cuando explota puede emitir gases tóxicos, incluido gas de amoniaco y óxido de nitrógeno, y por ello las autoridades han pedido a la población que salga a la calle con las mascarillas adecuadas. Algunos de sus componentes también son utilizados en los explosivos que se utilizan en la minería.
Uno de los primeros accidentes causado por esta sustancia mató a 561 personas en 1921 en Oppau (Alemania) en una fábrica de BASF. En 1947, Brest (en la costa francesa) fue sacudido por la explosión del carguero noruego Ocean Liberty que transportaba estas sales. También en Francia, apilados a granel en un hangar de la planta química de la factoría AZF, en los suburbios del sur de Toulouse, unas 300 toneladas de nitrato de amonio explotaron repentinamente y provocaron fuertes vientos sobre la cuarta ciudad de Francia el 21 de septiembre de 2001: murieron 31 personas y se escuchó la explosión a 80 kilómetros. En Estados Unidos, ocurrió un hecho similar en la planta de fertilizantes de West Fertilizer en el oeste de Texas, y mató a 15 personas en 2013.
El 19 de abril de 1995, Timothy McVeigh detonó una bomba hecha con dos toneladas de fertilizante frente a un edificio federal en Oklahoma City que provocó la muerte a 168 personas.
La profesora Oxley recuerda que el nitrato de amonio se ha convertido en esencial para la agricultura y la construcción. “No tendríamos este mundo moderno sin explosivos, y no podríamos alimentar a la población actual sin fertilizantes de nitrato de amonio”, dice ella. “Lo necesitamos, pero debes tener mucho cuidado con lo que haces con él”.
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