El trastorno bipolar lleva al paciente a experimentar momentos extremos de euforia y de depresión.
Hablar de depresión o ansiedad, de que se está yendo a terapia o que estamos con un tratamiento farmacológico para mejorar nuestra salud mental, es algo que se está normalizando. Pero todavía son muchos los trastornos mentales que siguen estigmatizados. Tal es el caso del trastorno bipolar
¿La razón? Fundamentalmente el desconocimiento absoluto que se tiene de él. Pero el problema no es solo el desconocimiento, sino también la estigmatización.
El doctor Xavier Fábregas, director médico y fundador en Clínica Mas Ferriol explica:
«En el lenguaje popular se utiliza muchas veces esa idea de bipolar para descalificar las situaciones cotidianas de una persona que está en unos momentos más altos de ánimo y otros más bajo. Así, se está banalizando un concepto teniendo en cuenta que estamos ante una entidad anímica que tiene su importancia”.
Trastorno difícil de diagnosticar
En concreto el doctor Fábregas señala que para poder diagnosticarlo es esencial que el paciente haya experimentado “un episodio maníaco y un episodio depresivo a lo largo de la vida».
«Son personas que tienen una temporada en sus vidas donde el estado de ánimo está marcadamente mucho más subido de lo que sería habitual y otro episodio en el que el estado de ánimo está por debajo de lo esperable», explica.
Es precisamente esta característica la que dificulta mucho el diagnóstico, porque cuando “los pacientes que se encuentran en fase maníaca no acuden al médico, solo lo hacen cuando están en fase depresiva, por lo tanto es bastante habitual que cataloguemos a esos pacientes como depresivos, porque no hemos visto la otra fase”.
¿Y por qué no van al médico cuando están en esa otra fase de estado de ánimo expansivo?
“Pues, porque están encantados de la vida de sentirse así. Se trata de un estado de sensación de plenitud, euforia, grandeza, de comerse el mundo. Así que el paciente en lugar de ‘sufrirlo’, en realidad lo está disfrutando”, dice Fábregas.
Tal es la dificultad del diagnóstico que como media se tardan unos 12 años en determinar que se trata de un trastorno bipolar.
Tipos de trastorno bipolar
El trastorno bipolar puede ser clasificado en tres tipos: trastorno bipolar tipo 1, trastorno bipolar tipo 2 y trastorno bipolar mixto.
“La diferencia entre el 1 y el 2 es que en este último la fase expansiva es de una intensidad menor, lo que llamamos una hipomanía. Mientras que en el del tipo 1 la fase maníaca está muy exacerbada”, explica Fábregas.
En cuanto al tercer tipo, el trastorno bipolar mixto, es poco frecuente y se caracteriza por una mezcla de los síntomas de la fase maníaca y de la depresiva al mismo tiempo.